HACIENDA

No hay ambiente en el Congreso para que la ley grave a la clase media

Gobierno se queda sin alternativas para conseguir los $14 billones.

Noelia Cigüenza Riaño

Ni plan A, ni plan B, ni plan C. Hasta el último cartucho quemó el Gobierno de Iván Duque para dar salida a las carreras a un proyecto de ley de financiamiento que parecía muerto desde un principio. Solo dos semanas después del inicio de las negociaciones entre el equipo del Ministerio de Hacienda y los ponentes del proyecto de ley, todo parece apuntar a que la tributaria 2.0 del ya experimentado ministro Alberto Carrasquilla pende de un hilo, pues sin más alternativas sobre la mesa parece casi imposible tapar ese hueco fiscal de $14 billones.

Además, sin un ambiente para golpear el bolsillo de la clase media, los únicos recursos que alcanzaría la ponencia llegarían a apenas $7,6 billones, dejando como única alternativa lo que se quería evitar: un recorte fuerte al gasto, de más de $6 billones, que, si se mantiene el discurso de Carrasquilla, se centrará en varios programas sociales, que son los que aparecen desfinanciados.

Luego de radicar su esperada ley de financiamiento el pasado 31 de octubre, donde el grueso de los recursos provenían de la ampliación del IVA a la canasta familiar, el Gobierno se quedó sin el apoyo de los congresistas, incluso de los de bancada del Centro Democrático. Esta propuesta, aunque polémica, era la columna vertebral de este proyecto porque le garantizaba al Gobierno obtener de golpe $11,3 billones. Además, contemplaba establecer un mecanismo de compensación bimestral para la población de menores ingresos.

LOS CONTRASTES

  • Katherine MirandaRepresentante a la Cámara de la Alianza Verde

    “La última propuesta es un IVA disfrazado. No hay ambiente para gravar a la clase media. Se iría solo con $7 billones”.

A pesar de que el Gobierno se esforzó en demostrar que lo más justo era gravar a todos los colombianos y devolverle los recursos a los menos favorecidos, bastaron seis reuniones entre los ponentes y el Gobierno para que Carrasquilla diera su brazo a torcer en torno a la propuesta.
El pasado miércoles no solo se tumbó la propuesta de gravar con IVA a 80% de los productos de la canasta, sino que también se estableció que la tarifa general no se reduciría hasta 17% como se proyectaba.

Con todo el Congreso en contra del IVA, el proyecto de ley de financiamiento se quedaba solo con opciones a recoger entre $6 billones y $8 billones. Por ello, el Gobierno debía salir obligatoriamente a buscar una alternativa distinta para que la tributaria siguiera su apretado curso en una carrera que se tornaba contrarreloj.

Sin la posibilidad de tocar la canasta y con reticencias a gravar las pensiones o a ampliar la base de los contribuyentes, en los últimos días se presentaron cientos de propuestas para cubrir ese faltante. Algunas de ellas fueron más fáciles de consensuar como es el caso de gravar a los dividendos de las personas naturales desde los $10,2 millones, de establecer una tarifa de 7,5% a las remesas o un IVA plurifásico a las bebidas no alcohólicas y cervezas. Sin embargo, faltaba ese gran soporte que permitiría llegar a los $14 billones.

Por fin, aunque de una manera atropellada, este lunes se habló de la idea de limitar a 90% el IVA descontable (que hoy están en 100%), algo que generaría hasta $6 billones, y con lo que ya se lograría recaudar un monto total de $13,72 billones, de los cuales solo faltaría definir la fuente bajo la que se generarían cerca de $250.000 millones.

No obstante, luego de las protestas de algunos congresistas e incluso de la Andi, gremio que advirtió que esta propuesta golpearía a la industria e incrementaría el costo de todos los bienes gravados, se volvió a caer la segunda gran propuesta. Además, esta idea también violaba el tratado con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el cual establece que el IVA debe deducirse en su totalidad. Es decir, la ponencia ya no alcanzaría esos $14 billones, sino que esta vez sí se tendría que conformar con llegar tan solo a $7,6 billones.

Hoy, día en el que se tenía previsto el primer debate en las Comisiones Económicas Conjuntas sobre el proyecto de ley de financiamiento, el Gobierno llegaría sin ningún otro as sobre la manga, y con problemas adicionales porque la Andi ya pidió que se olvide la idea del IVA plurifásico a las bebidas (habría que descontar otros cerca de $900.000 millones) y porque otra de las ideas, la de imponer una sobretasa al sector financiero, ya empezó a levantar ampolla. Finalmente, anoche no se logró el texto de ponencia y estaría programado para presentarse esta tarde.

Así las cosas, queda la impresión de que esta será una nueva tributaria a la carrera que logrará las dos cosas que quería evitar: obligaría a que dentro de poco más de 20 meses se abra de nuevo la discusión de impuestos en el país; y por si fuera poco, además, obligaría a suspender las apropiaciones del Presupuesto que no tengan financiación.

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