Las solicitudes para la cédula por primera vez disminuyeron 23,6% desde el 2020

Lo que antes era un trámite masivo y constante, hoy muestra señales de desaceleración. Desde 2020, las solicitudes de cédula de ciudadanía por primera vez han caído 23,6%, una disminución que refleja cambios profundos en la dinámica poblacional y que guarda una estrecha relación con la baja en los nacimientos registrada en la última década.

Los datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil muestran que, mientras en 2020 el número de solicitudes llegó a 881.391, en 2024 apenas se radicaron 673.201, es decir, 208.190 menos en cinco años. Aunque entre 2020 y 2021 hubo un repunte de 8,2% (hasta 954.420 trámites), desde entonces la tendencia ha sido a la baja: en 2022 se redujeron 9,6% (862.492), en 2023 la caída fue de 1,7% (847.545), y en 2024 se desplomaron 20,5%. Con corte a abril de este año, se reportaban poco más de 200.000 gestiones.

El tamaño de la población de cada región incide directamente en el número de registros, y por eso Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca concentran la mayor parte de trámites. En 2024, Bogotá sumó 96.392 solicitudes de cédula por primera vez, seguida por Antioquia (87.776) y Valle del Cauca (57.702).

Los mismos departamentos lideran en las solicitudes de cédula por duplicado. Bogotá sumó 267.684, seguida por Antioquia (178.103) y Valle del Cauca (160.752).

Un comportamiento similar se observa en las tarjetas de identidad, el documento oficial para menores entre 7 y 17 años. Si bien en 2021 los trámites se dispararon 81% frente a 2020 (pasando de 547.049 a 990.374), en los años siguientes comenzó un descenso progresivo: en 2022 cayeron 20,2% (a 790.374), en 2023 se redujeron 4,5% (754.047) y en 2024 bajaron 7,1% (699.809). Hasta abril de este año se contabilizaban 221.151 solicitudes.

Las mismas tres regiones lideran en solicitudes para tarjetas de identidad. Bogotá llegó a 84.521, seguida de Antioquia (82.430) y Valle del Cauca (53.547).

La disminución sostenida en las solicitudes de cédula y tarjeta de identidad no es un simple dato administrativo, sino un reflejo de transformaciones más profundas en la sociedad colombiana. El envejecimiento poblacional, la reducción de nacimientos y las nuevas dinámicas demográficas empiezan a sentirse incluso en trámites tan cotidianos como la expedición de documentos.