Energía

La Unión Europea dará luz verde al plan para desprenderse del gas ruso antes de 2027

Se necesitarán casi US$222.000 millones en inversiones adicionales, la mayoría de ellas destinadas a fuentes de energía renovable

Reuters

Los dirigentes de los países de la Unión Europea están dispuestos a respaldar el plan del bloque para desprenderse de la energía rusa y gastar el fondo de recuperación covid-19 del bloque para hacerlo, según el proyecto de conclusiones para una cumbre de dirigentes a finales de este mes.

La Comisión Europea ha presentado esta semana un plan para que Europa deje de depender de los combustibles fósiles rusos antes de 2027, para lo que ha dicho que se necesitarán 210.000 millones de euros en inversiones adicionales, la mayoría de ellas destinadas a fuentes de energía verde como la eólica y la solar.

El proyecto de conclusiones, que podría cambiar antes de ser aprobado en la reunión del 30 y 31 de mayo, contempla que los mandatarios respalden la petición de un despliegue más rápido de las energías renovables, mejoras en el ahorro de energía y más inversiones en infraestructuras energéticas.

Los países deberían cambiar a más fuentes de energía que no procedan de Rusia como prioridad a corto plazo, y tratar de lanzar la compra conjunta de gas entre los países para ayudar a apuntalar los suministros de cara al próximo invierno, según el proyecto.

Para financiar los planes, el proyecto de conclusiones pide a los países que "preparen rápidamente capítulos específicos que se sumen a sus planes de recuperación y resiliencia para cumplir los objetivos de REPowerEU, movilizando fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y de otras fuentes de la UE".

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia es el fondo de recuperación covid-19 de la UE, que aún contiene 225.000 millones de euros en préstamos no utilizados.

El plan "RePowerEU" de la Comisión para desligar a Europa de la energía rusa preveía inversiones de 86.000 millones de euros en energías renovables y 27.000 millones en infraestructuras de hidrógeno, 29.000 millones en redes eléctricas y 56.000 millones en ahorro energético y bombas de calor.

Según la Comisión, abandonar los combustibles fósiles rusos también supondría gastar 10.000 millones de euros en nuevos proyectos de gas y hasta 2.000 millones de euros en petróleo, en un momento en que el bloque se apresura a cambiar a suministros no rusos. Esto ha suscitado las críticas de los activistas, que han afirmado que podría condenar a los países a una dependencia a largo plazo de los combustibles fósiles.

El proyecto de conclusiones no menciona las sanciones de la UE al petróleo ruso, sobre las que los países se esfuerzan por llegar a un acuerdo.

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