Inclusión, diversidad e integración de las regiones, tres pilares del Censo Económico

Una de las mayores fortalezas del Censo Económico Nacional Urbano, es que se construyó desde las regiones.

Después de 34 años, el Dane volvió a emprender este ejercicio monumental con presencia territorial real, apoyado en talento y conocimiento local.

Miles de personas recorrieron calles, barrios y negocios para levantar, desde cada territorio, una radiografía humana, cercana y completa del país productivo. En lo que se considera el mayor ejercicio estadístico de Colombia de las últimas décadas, la entidad líder de la información estadística en el país culminó el Censo.

Más allá de sus avances metodológicos, tecnológicos y operativos, una de sus huellas más profundas es haber integrado a las regiones desde un enfoque inclusivo y respetuoso de la diversidad cultural, étnica y productiva del país.

“En el Censo, hubo inclusión, se le dio participación a la ciudadanía: juntas de acción comunal, consejos comunitarios, federaciones comunales, lo que ha traído como consecuencia que haya una articulación de las bases sociales y las entidades que toman decisiones y las que producen información como el Dane”, señaló Franklin Palacio, funcionario de la Gobernación del Chocó. El Censo Económico no solo censó mipymes y grandes empresas.

También incorporó micronegocios, unidades de la economía popular y vendedores de calle, permitiendo una mirada actualizada y más justa de las dinámicas económicas urbanas y de la informalidad.

“Transformar el viche es una forma de mantener la cultura afro, lo que somos y lo que producimos, porque hacemos parte de toda la economía de este país y del mundo”, comentó María Alexandra Becerra, comerciante.

Su testimonio refleja cómo el Censo Económico fue un esfuerzo con rostro humano: miles de personas en las calles, en cada negocio, haciendo posible una foto completa del país productivo. La participación de comunidades y sectores económicos permitió que el Dane consolidara su presencia en los territorios y ampliara su red de aliados locales, incluyendo grupos que había permanecido relegados de las cifras oficiales. La respuesta positiva del operativo evidencia una mayor apropiación del papel de la entidad como fuente confiable de información.

“La difusión de los datos estadísticos del Dane sobre las poblaciones afrodescendientes es fundamental porque sirve de herramienta para que la población afro pueda exigir sus derechos y reconocer el aporte histórico que hemos hecho no solo a la economía de los municipios sino también al legado cultural del país”, afirmó Ana Rosa Romero, afrodescendiente de Barrancas.

El Censo deja un legado que trasciende sus cifras: una apuesta por escuchar, incluir y representar a las regiones, reconociendo que la economía urbana del país es diversa, dinámica y profundamente territorial. La información recopilada regresará ahora a las regiones como una herramienta estratégica para fortalecer la planificación local, diseñar mejores políticas y respaldar decisiones de gobiernos, empresarios y comunidad.