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Reformulando las reglas de juego

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La industria legal no es ajena a este impacto, pues ya hace algunos años se han venido incorporando tecnologías innovadoras y disruptivas en la prestación de servicios legales

Daniela Lopera

Cada vez se hace más evidente el potencial que tienen las herramientas de inteligencia artificial, IA, para revolucionar la vida del ser humano en sus diferentes ámbitos.

Facilitan la ejecución de un gran número de tareas a partir de su automatización y ayudan a mejorar la eficiencia en la resolución de problemas del día a día.

La industria legal no es ajena a este impacto, pues ya hace algunos años se han venido incorporando tecnologías innovadoras y disruptivas en la prestación de servicios legales, desafiándolos, reinventándolos y transformando la forma tradicional como se conciben.

Algunos ejemplos de estas tecnologías innovadoras son la IA semántica no generativa y la IA generativa que representan modelos de procesamiento del lenguaje natural y grandes modelos de lenguaje, LLM, respectivamente.

El uso de estas herramientas de IA ha permitido automatizar un gran número de tareas de naturaleza jurídica, entre ellas la gestión contractual, el análisis de datos legales, la gestión de casos, el asesoramiento personalizado, incorporando bondades como la eficiencia en la prestación del servicio, la reducción de costos haciendo más asequibles los servicios jurídicos, y un notable mejoramiento en la precisión y disminución de errores en el análisis de los datos, permitiendo que los abogados nos concentremos en tareas de mayor valor añadido como el diseño de estrategias y soluciones innovadoras.

Adicionalmente, el uso de IA implica retos en el ejercicio que nos exigen actualización constante y permanente para ir de la mano con el avance tecnológico.

Así se evidenció en el caso de Warner Music Central Europe, donde la compañía ofreció contrato discográfico al personaje digital “Noonoouri” por su sencillo titulado “Dominoes” y también en el caso de Kris Kashtanova, la artista neoyorquina que solicitó y le fue concedida la protección de un cómic creado con ayuda de IA.

Ambos casos, sientan precedentes y que nos exigen a los abogados modernizarnos y adaptarnos a las dinámicas de la industria. No obstante, el uso de IA trae consigo otro tipo de retos, desde la precisión, transparencia e imparcialidad de los algoritmos que se usen en las herramientas, como aquellos relacionados con el cumplimiento normativo para industrias especiales y sensibles, y la confidencialidad y privacidad de los datos, puesto que si no se implementan las medidas pertinentes para la protección de datos en las herramientas de IA existirá riesgo de filtración de la información, comprometimiento de la confidencialidad y violación de la privacidad de datos.

Es decir, para usar bien la IA es necesario tener una noción básica de los riesgos que envuelve su uso, pues la responsabilidad del uso de los resultados sigue siendo del ser humano, lo mismo que sucede cuando se le encarga una tarea propia a un tercero: que alguien más lo haga no quiere decir que esté bien ni que no se deba revisar.

Algunos ejemplos de estas discusiones y decisiones son la Resolución Innovadora de la ONU para promover el desarrollo de sistemas de IA, el Acuerdo Preliminar para la Ley de IA al que llegaron el Consejo y el Parlamento Europeo y particularmente en Colombia el Proyecto de Ley 059 de 2023, el cual establece los lineamientos legales para el desarrollo, uso, e implementación de la IA, estas iniciativas buscan resolver el problema de simplemente plantear reglas y procurar su observancia y, esencialmente, que estas vayan de la mano con la velocidad en la que evoluciona la tecnología.

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