Legislación
Día del Abogado
Alta especialización es clave en crecimiento de firmas boutique
viernes, 22 de junio de 2018
Es una nueva propuesta de firmas de abogados y nace como reacción a la evolución de la sociedad y negocios tradicionales.
Guiovanna Fuentes
Como respuesta a la evolución del mercado colombiano y a las necesidades de las empresas desde la última década se han venido consolidando las firmas “boutique” de abogados. Cuyo nombre específicamente no responde al tamaño de la oficina o número de personas que la integran, sino al alto grado de preparación o especialización que tienen los profesionales en la jurisprudencia. Díaz & Bradford Abogados Consultores es una de las prestigiosas empresas reconocida por el concepto de firma “boutique”.
En diálogo con LR, Erick Kam Díaz Chia, socio fundador de la firma aseguró que el diferencial que se resalta entre las compañías tradicionales y las firmas “boutique” es el trato directo, bajo esquemas de flexibilización a la hora de negociar los honorarios y soluciones integrales, según las necesidades de los clientes.
¿Cómo nacen las firmas boutique en el país?
Es una nueva propuesta de firmas de abogados y nace como reacción a la evolución de la sociedad y negocios tradicionales, desde el punto de vista societario, laboral y tributario. Es un nuevo formato en donde lo relevante es la cercanía con el cliente. Lo que hacemos es entender a nuestros clientes y sus empresas y donde se impone la cultura de la prevención. Su florecimiento se debe gracias a la especialización y preparación de los profesionales del ámbito judicial.
¿Cómo se creó la firma?
Nacimos como una firma independiente. Buscando satisfacer unas necesidades puntuales en 2009. Diría que la palabra boutique legales se acuño en el lenguaje cotidiano del negocio. En nuestro caso, la personalización del servicio, el trato directo con el cliente, la oportunidad de acceder a unos costos razonables y el alto estándar de los profesionales con quienes trabajamos nos han permitido imponer un sello propio en el país.
¿De dónde viene el concepto de estas firmas?
Diría que en la década de los años 70 y 80 cuando se constituían las poderosas empresas de abogados se pensaba tal vez que era mucho más benéfico para la rentabilidad de la profesión encontrar en un solo lugar el mayor número de abogados expertos en distintas materias de rama profesional.
¿Entonces cuál es la diferencia con las empresas tradicionales?
En las firmas tradicionales el impacto de su operación es muy alto y por ende los costos administrativos. Mientras que en las boutique legales los costos son bastante más razonables en operación. Por su misma constitución, hay mayor eficiencia, calidad y una oportuna atención al cliente, dado que en nuestro caso, nuestros abogados están preparados para atender en una relación de cercanía y comprensión a las empresas que nos consultan.
¿Cuál es la perspectiva de este negocio para el futuro de la profesión de abogado?
En otros países como Estados Unidos por ejemplo ha crecido el debate sobre el papel que desempeñan las firmas boutique de abogados en el ejercicio y evolución de los futuros abogados. Desde 2014, en adelante se ha dado una especie de proliferación de nuevas firmas que engloba este concepto.
Algunos abogados que trabajaban en empresas tradicionales se han arriesgado a crearlas. En Colombia, aún es incipiente este formato. Lo que caracteriza e insisto en ello, es la significativa reputación profesional de los abogados que se ha ganado en su experiencia y en su alta especialización.
Esto también se ha dado por la coyuntura de las economías, el impacto de la globalización. Con este formato boutique los clientes se sienten más cómodos al acceder a nuestros servicios porque tienen un contacto especial, siempre se está presto a su atención. Hoy en día, para nadie es un secreto que los costos de las tarifas en las firmas tradicionales son bastante más onerosos. Por eso, se hace más atractivo por la flexibilidad del esquema administrativo con el que se cuenta.
La posibilidad de conocer al cliente de manera directa, también nos permite valorar sus necesidades económicas y ponderarlas en el instante en que estudiemos la estrategia legal más favorable para lograr el resultado propuesto.