Una conversación a un año de gestión

Entrevistamos al presidente Gustavo Petro en medio del mayor escándalo político de la historia reciente, pero nuestro compromiso fue solo hablar de economía y de las que han sido sus grandes apuestas en estos últimos doce meses.

Entre ellas están las reformas. Su primera, la tributaria, la pasó con mayorías en el Congreso y con su coalición de gobierno, en una situación muy distinta a la que se vive hoy en el legislativo, donde trata de sacar adelante los proyectos de pensional y salud. Con traspiés en ese objetivo de llegar a consensos, el Presidente nos dijo que este no es un tema que le trasnoche, pues no tiene una obsesión con aprobar las reformas y prefiere acabar con la tradicional relación entre el Gobierno y los congresistas que, en sus palabras, “es una relación que tiene que ver con transferencia de dinero público hacia particulares y que deriva en corrupción”.

Y, aunque las reformas pueden no terminar pasando en el Congreso, para Petro la sociedad va a terminar demandando esos cambios sociales en la salud, las pensiones, el trabajo y la educación.

Otro tema que no avanza es la reforma agraria, clave para el Gobierno pues la producción agropecuaria es uno de los pilares de la economía. Además de un desorden en las cifras que se entregan sobre la compra de tierras, el Presidente nos dijo que tampoco se logra avanzar de forma sustancial por la falta de voluntades, pues la plata y la tierra fértil ya están.

Ahí es, precisamente, donde viene el juego de las alianzas y consensos para lograr las transformaciones sociales que tanto busca el Gobierno. Petro nos dijo que el expresidente Álvaro Uribe podría jugar un papel clave, y ya se ha conversado con jugadores del sector, como el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie.

No solo la falta de voluntades, sino que también el poco avance de instituciones que están llamadas a recoger, ha hecho que la reforma agraria todavía se quede en el papel. El Agustín Codazzi tiene la oportunidad histórica de destacar con la actualización del catastro multipropósito, pero va rezagada y el Presidente le puso un ultimátum al 31 de diciembre de este año.

Esta herramienta también permitiría aumentar el recaudo y está llamada a ser el protagonista en una eventual reforma tributaria en las regiones. El propósito es avanzar hacia la descentralización, permitiendo que las finanzas públicas de los municipios dependan, cada vez menos, de las transferencias del Gobierno central. Pero, de nuevo, la rapidez con que se pueda implementar dependerá de la labor del Agustín Codazzi y si le hace caso, o no, al ultimátum del Presidente.

La economía va mejor de lo que esperaban los expertos al inicio de este año y Petro no lo mencionó como uno de los retos. Pero lo que sí le preocupa es el perfil de la deuda pública, pues el próximo año se destinarán algo más de $100 billones del Presupuesto General de la Nación (PGN) para el pago del servicio de la deuda, una herencia que, dijo, viene del anterior Gobierno.

Otro tema que está bajo la lupa es la ejecución del presupuesto, no solo en entidades ‘Frankenstein’ como la Unidad de Gestión de Riesgo de Desastres, sino también en las propias carteras. Este ha sido un tema fuente de críticas y ahora es una constante en los consejos de ministros.

Con lápiz y libreta en mano, el Presidente nos recibió en su despacho, hizo un balance de su gestión y aseguró que las políticas del Gobierno se han reflejado en la generación de empleo y en la economía popular.