"Desde Nu hemos impulsado con fuerza lo que llamamos el triángulo de la inclusión"
jueves, 11 de septiembre de 2025
Marcela Torres, gerente general de Nu Colombia habló sobre la apuesta de la entidad por aumentar la inclusión financiera, además de los desafíos para lograrlo
Marcela Torres, gerente general de Nu Colombia, habló sobre los principales retos de la inclusión financiera en el país, además de qué considera necesario para que el ecosistema sea cada vez más abierto, digital y competitivo.
Desde la experiencia de Nu, ¿Cuáles son los cuellos de botella más urgentes que deberían resolverse para modernizar el sistema financiero colombiano?
En Nu hemos impulsado con fuerza lo que llamamos el triángulo de la inclusión, inspirado en la historia de éxito de Brasil. Para que millones de colombianos puedan acceder al sistema financiero formal, es urgente: (i) poner en marcha un modelo de finanzas abiertas obligatorio y efectivo, (ii) consolidar un sistema de pagos interoperable, inmediato y libre de conflictos de interés como el que está entrando en marcha con Bre-B y (iii) revisar a fondo la fórmula de la tasa de usura, que hoy restringe el acceso al crédito.
Sin estas tres piezas básicas funcionando al mismo tiempo, la modernización será parcial y los colombianos seguirán dependiendo en exceso del efectivo y de opciones informales.
¿Por qué es necesario revisar la actual fórmula de la tasa de usura, y qué consecuencias tiene mantenerla como está?
La tasa de usura, concebida hace más de 40 años con buenas intenciones, hoy ya no cumple su propósito original. En lugar de proteger a los ciudadanos, muchos colombianos que debido a este techo representan un alto riesgo crediticio para las entidades formales, se han visto obligados a recurrir a mecanismos como el gota a gota, con costos sociales altísimos.
La tasa de usura es un cuello de botella para la inclusión, porque impide ofrecer crédito formal a quienes más lo necesitan. Revisarla, con criterios modernos, en los que la competencia y la transparencia sean el verdadero control, permitiría lo que ya vimos en Brasil: multiplicar el acceso al crédito y hacerlo más barato gracias a la tecnología.
Mantener la fórmula actual significa condenar a muchos colombianos a la exclusión financiera y al crédito informal.
¿Qué se necesita para que Open Finance funcione en serio, con reglas claras y competencia justa para todos los actores del ecosistema?
Sin un decreto de implementación obligatorio, Open Finance será letra muerta. Es fundamental que todos los actores —grandes y pequeños— compartan datos bajo reglas simétricas, que el cliente sea realmente el dueño de su información y que existan sanciones para quienes bloqueen el modelo.
La experiencia internacional muestra que, cuando es optativo, nunca despega. Si queremos mayor competencia, más crédito y mejores precios para el consumidor, necesitamos un Open Finance obligatorio y operativo ya.
¿Qué reformas deberían priorizarse entre 2026 y 2030 para que el sistema financiero colombiano sea más abierto, digital y competitivo?
Entre 2026 y 2030, el país necesita un verdadero tsunami regulatorio que trascienda ajustes menores. Para empezar, implementar Open Finance de manera obligatoria para todos los jugadores del sector y garantizar que los pagos inmediatos sean cien por ciento interoperables y accesibles para todos.
Además, es importante separar la cartera de consumo en el cálculo de la tasa de usura. Y finalmente, es indispensable implementar la Ley 2277 de 2022, que exime del 4x1000 las transferencias entre cuentas del mismo titular. Esto ayudará a los clientes, por supuesto, pero también permitirá que Bre-B sea un éxito.
Esta es nuestra visión desde Nu, que además resuena con la del ecosistema fintech y que será ampliada durante el Latam Fintech Market, por Colombia Fintech.
¿Qué advertencias o aprendizajes puede compartir Nu sobre lo que ha funcionado (o no) en otros países de la región?
La lección más grande de Brasil es que se necesita voluntad institucional para acometer reformas que no siempre son cómodas, pero que cambian el rumbo del sistema. Cuando el regulador decidió avanzar con Open Finance obligatorio y con un sistema de pagos inmediatos robusto, el resultado fue un mercado más dinámico y millones de nuevos usuarios incluidos.
En Colombia ya hay avances importantes, como la puesta en marcha de Bre-B, que esperamos no se posponga más, pero el riesgo es quedarnos a medio camino si no entra en completo funcionamiento pronto o si su adopción no es tan masiva como todos esperamos.
Nuestro llamado respetuoso es claro: si las reformas no son obligatorias y ejecutadas con decisión, no generarán el impacto esperado.