Alejandro Eder, del exilio que vivió en Estados Unidos al trabajo por Colombia

Cali ya tiene alcalde y se trata de Alejandro Eder, un líder proveniente de una familia tradicional empresarial caleña y con cierta relación política. Es hijo de la escritora Elena Garcés Echavarría y Henry James Eder Caicedo, este último fue también gobernante de la capital del Valle del Cauca en 1986. Eder es el último de cuatro hermanos.

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“Soy hijo de una familia empresaria tradicional de Cali. Tuve una infancia alegre”. Se refiere a la compañía azucarera Ingenio Manuelita, fundada por su abuelo y hoy presidida en la junta directiva por su padre. Sin embargo, como se pudiera normalmente pensar, la sociedad familiar no fue donde Eder dio sus primeros pasos laborales, pues por motivos de fuerza mayor tomó otros caminos.

Aunque nació en Estados Unidos, Alejandro Eder al mes fue llevado a Cali, donde permaneció durante los primeros siete años de vida, ya que se vio obligado a salir del país por el fuerte conflicto armado que se vivió en Colombia en la década de los 90, con varios intentos de secuestro hacia sus familiares, algunos de ellos materializados.

Estos hechos, que forman parte de la historia de la violencia en Colombia, tal cual indicó Eder, partió su vida en dos, pues tuvo que devolverse a Estados Unidos. Allí hizo su vida durante 10 años, donde estudió parte de su periodo colegial. Pero volvió a Colombia a los 15 años, donde terminó el bachillerato. Durante ese tiempo, comenzó a ejercer varios acercamientos en procesos de liderazgo. Eder recuerda, por ejemplo, unas inundaciones muy fuertes en Florida, Valle. “Entonces, tuve la iniciativa en el Colegio Bolívar para recoger ropa donada y alimentos para dárselos a los damnificados”, relató el hoy alcalde.

Una vez terminada esa etapa, Eder se fue de nuevo a EE.UU. para cursar sus estudios universitarios. Por lo vivido en Colombia con su familia, con la violencia armada, se interesó por el servicio público y buscó volverse experto en temas de seguridad y de construcción de paz, dejando de lado sus sueños iniciales de ser artista o periodista. “Estudié filosofía y relaciones internacionales en EE.UU., me enfoqué en operaciones de mantenimiento de paz, buscando siempre algún día trabajar por Colombia”, contó. Sus pasantías las hizo en El País de Cali, en la OEA y como voluntario en la campaña presidencial de Noemí Sanín, el que sería su primer acercamiento con la política.

Su primer trabajo formal, como asalariado, lo tuvo en el 2000 en Nueva York como banquero de inversión, en donde ganaba un promedio de US$140.000 al año. “Ahí estuve dos años. Pero haber presenciado el ataque del 11 de septiembre a las Torres Gemelas me hizo repensar la vida y devolverme a Colombia para trabajar por el país”. Fue así como comenzó su incursión en la vida política.

También trabajó en el Gobierno colombiano en el periodo de Uribe y Santos, con este último lideró como negociador el Acuerdo de Paz de La Habana. Luego, tuvo su primera aspiración a la Alcaldía de Cali en 2019, logro que finalmente alcanzó hasta ayer.