Industria
Empresario del Año
Astrid Álvarez, la líder de la consolidación del Grupo Energía Bogotá como multilatina
viernes, 14 de febrero de 2020
Bajo la batuta de la ejecutiva la empresa de transmisión de energía llegó a consolidarse en cuatro países con nueve filiales
Laura Lucía Becerra Elejalde
La historia del Grupo Energía Bogotá (GEB) se remonta a 1896, con el nacimiento de una empresa que sería la responsable no solo de iluminar las principales calles de la capital a inicios del siglo pasado, sino también de la proveedora del servicio de energía de Bogotá. Hoy, 123 años después, Astrid Álvarez comanda esta empresa, que se ha convertido no solo en referente nacional, sino también regional, con nueve filiales en Colombia, Perú, Brasil y Guatemala.
El éxito del GEB en 2019, año en que el grupo registró ingresos consolidados de más de $4,8 billones, utilidades de más de $1,84 billones y dividendos históricos estimados que ascendieron a $1,9 billones, son el resultado de la transformación que se propuso la ingeniera civil por medio de un Plan Estratégico Corporativo cuando llegó a la cabeza de la compañía en 2016.
La nueva hoja de ruta que trajo la funcionaria hizo que el GEB pasara de ser una empresa de transmisión de energía eléctrica con un portafolio de empresas a una multilatina consolidada. En 2019, la compañía consolidó su operación en Sucursal de Transmisión con un modelo operativo regionalizado, que les permitió convertirse en el segundo transportador de energía eléctrica en Colombia, mientras que en el negocio de gas lideran con una red de 4.000 kilómetros de gasoductos por medio de su empresa TGI.
A nivel regional, GEB adquirió en compañía de la sociedad española Red Eléctrica Internacional la totalidad de la brasileña Empreendimentos e Participações S.A. (Argo), en una operación cercana a US$450 millones; y con una transacción de US$260 millones se quedó con 100% de las acciones de Dunas Energía, PPC Perú Holdings y Cantalloc Perú Holdings, con lo que incursionó en el negocio de distribución de energía eléctrica de Perú y logró 4% de este mercado en el país inca.
El año pasado la empresa realizó también una operación de manejo de deuda pública externa para refinanciar US$649 millones, y adicionalmente, entre 2016 y 2019 el precio de la acción registró una valoración de 31%.
Por todos estos logros, precisamente, fue que Álvarez fue ratificada como presidente del GEB para otros dos años en diciembre del año pasado. “Somos más que torres, cables de energía y gasoductos. Trabajamos con conciencia social, llevando progreso y bienestar a las comunidades de los territorios donde tenemos presencia”, sostuvo la presidente del grupo.
En este proceso, la ejecutiva trajo consigo su experiencia en otras transformaciones de compañías, como la que experimentó la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá cuando Álvarez llegó a la gerencia general en 1998, o lo que fue la implementación del modelo de abastecimiento estratégico entre 2004 y 2007 en Ecopetrol.
La experiencia de Álvarez se complementó también con su trabajo en consultoría estratégica de importantes compañías de servicios públicos y petróleo y gas, además de su formación académica que incluye una especialización en Gestión Ambiental de la Universidad de Los Andes y maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad de Ohio.
Los pilares en la estrategia de Astrid Álvarez
Dentro de los cambios que ha trabajado la ejecutiva en el GEB está la adopción de las medidas contenidas en el Código País, como recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), el Proceso de Democratización de un porcentaje de las acciones del Distrito Capital en la compañía, y un Acuerdo de Accionistas. En materia de sostenibilidad, Álvarez ha trabajado en la adopción de un ‘modelo de sostenibilidad’ en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en torno a una empresa rentable e innovadora.