Minhacienda y la reforma tributaria estructural en 2016

Incorporar las nuevas normas de información financiera al modelo de impuesto de renta y cotejar cada cifra de aumento en el punto de IVA -tres anuncios que se cumplieron- hizo que al finalizar el año se conociera la tan esperada (y temida por otros) reforma tributaria estructural.

Y aunque aún no se conoce el resultado del trabajo que desde la comisión de expertos el Gobierno viene realizando, dicha iniciativa llegó en un momento en el que la economía del país está en desaceleración. Los resultados lo evidencian en tener que pasar de una proyección de PIB de 2,5% a 2% para este año y con un sesgo a la baja que, según otros analistas, puede llegar a 1,5%.

El paro camionero le dañó la partida al jefe de la cartera de Hacienda en la recta final de 2016. Desde julio se vio su impacto en la inflación, ubicando los precios al consumidor cerca de los dos dígitos y obligando al Banco de la República a seguir atajando las expectativas de mediano plazo, desancladas del rango entre 2% y 4%.

Pero el efecto no fue solo inflacionario. Pues con la subida de tasas, el Gobierno ha insistido a que se inicie un ciclo expansionista de política monetaria para aliviar la presión a la actividad económica y, de esta manera, no ahogar el consumo ni la producción. Este último factor, importante para que la cifra de desempleo se mantenga en un dígito. Todo este contexto hace que el ministro haya recibido la calificación de 3,3.