Legislación
Especial Elecciones Presidenciales 2022
Consolidar la reactivación y cerrar brechas sociales, los desafíos del nuevo Gobierno
lunes, 20 de junio de 2022
Analistas advierten que el presidente electo deberá tener políticas prudentes para no generar incertidumbre en los mercados
En un libro publicado en 2009, “Populismo o mercados, el dilema de América Latina”, el economista chileno Sebastián Edwards calificó a Colombia como el país de las reformas incompletas y señaló la hoja de ruta que debería seguir para superar los lastres que le han impedido dar el salto al desarrollo.
“Si Colombia quiere avanzar desde una perspectiva social y política, su economía tiene que funcionar bien: es necesario crear puestos de trabajo, incrementar los salarios, mejorar la calidad de la educación y acelerar el crecimiento de la productividad”, señaló el profesor de la Universidad de California y amplio conocedor del país.
Para lograrlo, a juicio de este experto, se requiere introducir una nueva ronda de reformas basadas en la economía de mercado y hacer un verdadero esfuerzo para fortalecer las instituciones y premiar la innovación y el emprendimiento.
En una sociedad polarizada y fracturada por la campaña electoral, los expertos consultados por LR sostienen que el nuevo Gobierno deberá construir consensos sociales y políticos para sacar adelante las reformas prometidas sin comprometer la estabilidad económica del país.
“La gente está cansada de la corrupción y quiere ver resultados; un país donde haya justicia y honestidad de los funcionarios públicos y los políticos, y eso no es un tema de centro, derecha o izquierda”, explica el analista y consultor Raúl Serebrenik Ghitis, quien destaca que el Congreso jugará un papel clave, ya que tendrá que aprobar las reformas que proponga la nueva administración.
“El nuevo Gobierno debe tener políticas prudentes”, sostiene Renzo Merino, vicepresidente y analista senior de la calificadora Moody’s, al subrayar el papel clave que jugarán el Congreso, las Cortes y el Banco de la República en la salvaguardia de la estabilidad política y macroeconómica, uno de los grandes activos de la economía colombiana.
Por ello, en una economía que muestra señales de recalentamiento, jalonada por el consumo, que aumentó 12,2% real en el primer trimestre, a pesar del alza en la tasa de intervención del Emisor hasta 6%, y con una inflación que se resiste a ceder y se ha acercado a niveles de dos dígitos, el nuevo Gobierno tendrá que coordinar la política económica con la Junta Directiva del banco central para lograr un aterrizaje suave que no comprometa la reactivación.
Hace poco, al intervenir en un evento de Asobancaria, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, dijo que la economía no sólo recuperó el nivel de actividad prepandemia, que alcanzó en el tercer trimestre del año pasado, sino que “estamos en niveles mayores a los que habríamos tenido al ritmo que veníamos creciendo antes de la pandemia”.
Villar destacó que sin la crisis sanitaria “estaríamos en niveles inferiores a los actuales, lo cual demuestra que la brecha del producto dejó de ser negativa”.
A pesar de ello, y de los programas sociales del Gobierno, que enfrentó una pandemia inédita que lo obligó a apagar la economía, lo cual contrajo el PIB en una cifra superior a 7%, las cifras oficiales del Dane muestran que casi 20 millones de personas (39,3% de la población) viven con $11.800 al día.
Peor aun, en términos de pobreza extrema, esta condición afectó a 6,1 millones de personas, con una incidencia total de 12% en el territorio nacional.
Aun así, la reactivación está dando sus frutos y el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, sostiene: “estamos dejando la casa organizada luego del peor choque de la historia, con una hoja de ruta sostenible y con sostenibilidad social”.
Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, la economía crecería 6,5% este año, en línea con las proyecciones de analistas privados y organismos internacionales, y la deuda neta del Gobierno Nacional Central llegaría a 54%.
“Con la nueva realidad económica, sumada al ajuste fiscal ordenado de las finanzas públicas, se logró cerrar la necesidad coyuntural de una nueva reforma tributaria”, dijo Restrepo. No obstante, como lo admitió el funcionario, en lo estructural el país tiene desafíos de inflexibilidad en gasto e inversión, y necesidades de nuevas inversiones para cerrar la brecha social.
El reto de poner en cintura la inflación sin afectar el crecimiento
Si en algo coinciden la mayoría de los economistas es en considerar a la inflación como un impuesto que afecta a los más pobres y vulnerables. En mayo, según el Dane, la inflación registró una variación de 0,84%, mientras que la cifra anual se situó en 9,07% y en el año corrido en 6,55%, por encima del rango meta de 2%-4% del Emisor. Y aunque la inflación de alimentos comenzó a ceder desde 26% que alcanzó en abril. la cifra continúa por encima de 20%, lo cual lleva a analistas como Sergio Olarte, de Scotiabank Colpatria, a afirmar que seguirá alta en lo que resta del año. De hecho, según la última Encuesta de Expectativas del Banco de la República, la inflación cerraría el año en 8,6%, la tasa de intervención del Emisor en 8,5%, y el IPC de 2023 en 4,66%.
Casi 20 millones de personas viven con $11.800 al día
Aunque la economía colombiana creció 10,6% en 2021, el Dane reveló en abril que durante el segundo año de la pandemia hubo 19,6 millones de personas en condiciones de pobreza monetaria (33,3% de la población), lo cual quiere decir con $354.031 al mes. A ello hay que agregar 6,1 millones de personas en condiciones de pobreza monetaria extrema. Y si bien los programas sociales del Gobierno redujeron la pobreza monetaria en cuatro puntos porcentuales, la próxima administración tendrá el reto de disminuir estas cifras, sin poner en riesgo la estabilidad macroeconómica. En otras palabras, manteniendo políticas prudentes y conservando aquellos programas que mejor han funcionado, como Ingreso Solidario, la devolución del IVA y las transferencias sociales.
Los retos para consolidar el ajuste de las finanzas públicas
En una entrevista con LR, a mediados de febrero de este año, Richard Francis, analista para América Latina de Fitch Ratings, dijo que el país podría recuperar el grado de inversión (que le quitaron esa calificadora y Standard & Poor’s) en seis o siete años y que ello dependerá del tema fiscal y de que pueda alcanzar un crecimiento sostenible de la economía de 3,5%. De hecho, el analista dice que la nueva administración tendrá retos para hacer un ajuste de las finanzas públicas y cumplir con las metas del Marco Fiscal de Mediano Plazo. “Lo más rápido que un país ha recuperado su grado de inversión fue Croacia en tres años y en el caso de Colombia tenemos que ver el plan del nuevo Gobierno y si hace una reforma tributaria que tendría que ser el año que viene”.