Industria
Especial Pereira 155 años
Pereira es una ciudad en permanente construcción
miércoles, 29 de agosto de 2018
Caimaito por fin tiene acueducto.
Juan Pablo Gallo Maya
Ya han pasado dos años y medio de mi período como alcalde. Evidencio una
notable aceptación de los pereiranos por la labor que al lado del equipo de trabajo he realizado por Pereira.
Pero el tema, además de percepción es de realidad. Desde el mismo momento en el que juré administrar con energía, con toda mi capacidad y entrega, con todo el amor por mi ciudad, no he parado de construir día a día la Capital del Eje.
Los primeros pilotes que levanté fueron los de la educación, con los programas ampliamente conocidos y exitosos como Becas Pa Pepas, la jornada extendida y la Universidad para Cuba.
Una nueva estructura se levantó a la par: la tecnológica. Fuimos la primera ciudad del país con zonas Wi Fi gratuitas para la gente, para que los estudiantes pudieran acceder al mundo virtual.
Y hemos levantado columnas que sostienen áreas tan sensibles y de gran impacto para el bienestar de la ciudad: propiciar la creación de empresas, facilitar la instalación de nuevas compañías en la ciudad, agilizar los trámites que requieren los empresarios, acercar a los productores locales con las grandes superficies, acordar con las universidades carreras pertinentes a la demanda de la región, son tareas silenciosas y efectivas que se ven reflejadas en una mejor calidad de vida, en índices más alentadores de ocupación laboral y en la reducción de la inseguridad.
Hemos construido puentes. De aquellos físicos, como el Barranquero, pero también de los que su hormigón está hecho de confianza. Los pereiranos habían sacado de su bolsillo un dinero para obras en la ciudad, pero el inicio de algunas coincidía con el comienzo de mi administración, que no solo las ejecutó, sino que como decimos en esta zona del país “nos dimos la pela” y devolvimos la contribución por Valorización, porque entendimos – para seguir con los dichos – “que el palo no estaba para cucharas”.
Hemos recorrido la ciudad palmo a palmo. Hemos mirado a los pereiranos a los
ojos y les hemos cumplido en lo que me haya comprometido; eso es generar
esperanza firme. En virtud de esos recorridos, Caimalito tiene, por fin, acueducto; Arabia y Altagracia y la comuna Villasantana y El Río y todas las zonas marginadas gozan del mínimo vital, es decir, acceden de manera gratuita al servicio de agua potable.
En mi administración construimos obras que, literalmente se ven, y otras que no, que no están al alcance de la mirada cotidiana de los pereiranos. En este momento, cientos de obreros excavan las profundidades de la ciudad para adecuar el que fue el canal de conducción de aguas de la quebrada Egoyá, deteriorado por el paso de los años y convertido en una amenaza latente para la estabilidad de casas y edificios del centro, el área que más concentra a los pereiranos diariamente.
Otra cuadrilla de obreros también atiende la caverna por donde pasará el ducto que limpiará las aguas residuales del río Consota, para que en el futuro sean tratadas en una planta purificadora, y de esa manera mejorar la calidad del agua.
Y sin falsas modestias, nos quedaríamos cortos para hablar de aquellas obras que se ven. A mí me encantan todas. Desde el gimnasio al aire libre o la instalación de un parque infantil. Pero las que más me apasionan son aquellas en las que se satisface esas necesidades que parecían lejanas a los pereiranos.
Ya se ve, por ejemplo, cómo se iza la torre que sostendrá el ILS (instrument landing System) con el que se reducirá en un altísimo porcentaje el cierre del Aeropuerto Internacional Matecaña por efectos del tiempo atmosférico.
Me encanta saber que Pereira tendrá, por obra de mi administración, la línea del
cable aéreo urbana más larga del país. La extensión está directamente relacionada con sus beneficios: Miles de habitantes de la comuna Villasantana, miles de estudiantes de la Universidad Tecnológica, miles de viajeros que llegan y salen de la Terminal de Transportes y miles de pereiranos que se desplazan al centro de la ciudad.
Los pereiranos son testigos de que desde el mismo momento en que asumí el
inmenso privilegio de ser alcalde de Pereira, no hemos dejado de construir ciudad para el bien de los actuales y futuros residentes, y en memoria de quienes nos legaron esta maravillosa urbe.