La bolsa local se transforma
martes, 27 de agosto de 2019
Juan David Ballén
Durante los últimos años se ha presenciado el desarrollo de la bolsa a nivel local, dicho proceso se resume desde tres puntos de vista: el desempeño, los productos y la educación. Así mismo, se plantean diferentes retos a superar, con el objeto de continuar en una tendencia creciente en cada uno de ellos.
El desempeño del mercado de acciones, se divide en dos momentos diferentes; tomando como referencia 2011, antes de este periodo el comportamiento fue sobresaliente por el auge de emisiones y la resiliencia de los países emergentes luego de la crisis subprime. Sin embargo, posterior a este periodo y hasta la fecha, el mercado ha permanecido lateral por los bajos precios del petróleo y el inicio del ciclo de fortaleza del dólar a nivel global.
En relación al mercado de renta fija, este se comporta en línea con los ciclos inflacionarios, los cuales suelen durar alrededor de cuatro años, dicho comportamiento varía debido a fenómenos climáticos, paros camioneros y a la devaluación de la tasa de cambio, entre otras variables. De igual manera, se destaca la recuperación del grado de inversión del país, el cual hasta el momento ha logrado mantenerse en medio de un panorama fiscal muy retador.
Es de resaltar que ambos mercados han presentado una disminución de la profundidad y liquidez, en parte explicados por el aumento de inversionistas extranjeros, los cuales en su mayoría lo hacen estructuralmente debido a que están indexados a índices de referencias de los cuales Colombia hace parte, como por ejemplo el Msci, Ftse, GBI-EM GD, entre otros.
Con respecto a los productos, se ha presenciado el crecimiento de los Fondos de Inversión Colectiva, el auge de los vehículos focalizados en el Sector Inmobiliario (en específico en los segmentos de oficinas, comerciales, logísticos y especializados) y gran variedad de Fondos de Capital Privado, los cuales han contribuido en la diversificación y optimización de la rentabilidad así como la volatilidad de los portafolios de inversión.
Por otra parte, cabe destacar en renta fija la emisión del TES UVR más longevo de la historia (32 años), el cual facilita la renta vitalicia a los pensionados de las AFP y la oferta de crédito de vivienda a más largo plazo de lo habitual. Al igual, la emisión de deuda privada con objetivos sostenibles, sociales, verdes y naranjas, con el fin de financiar proyectos que mitiguen el cambio climático y que tengan un impacto social positivo en sectores de la economía como salud, agua potable, vivienda, transporte, energía renovable, entre otros.
En cuanto a educación, se destaca la creación del Premio a las Mejores Áreas de Investigaciones Económicas por parte de la Bolsa de Valores de Colombia, el cual ha promovido la calidad y profundidad de los análisis de los emisores por parte de las Comisionistas de Bolsa, aspecto vital para fortalecer el deber de asesoría para con los inversionistas.
A pesar de todos los avances habrán muchos desafíos y aspectos por mejorar en medio de esta era de aceleraciones. Las acciones locales se mantendrán rezagadas hasta que la ralentización económica mundial no toque fondo. Debido a lo anterior, el país se tendrá que acostumbrar a convivir con unos bajos retornos en el mercado de renta fija, como consecuencia de las bajas tasas de interés en los países desarrollados.
Por consiguiente, continuar fortaleciendo la educación financiera será una prioridad para preservar los capitales. Los inversionistas deberán conocer todas las alternativas de inversión que existen diferentes a CDTs y superar el sesgo-hogar, el cual consiste en invertir solo en activos denominados en moneda local. La coyuntura actual es ideal para tomar conciencia en este aspecto, en el cual la devaluación de 90% que ha presentado la tasa de cambio, durante los últimos cinco años, ha disminuido el poder adquisitivo en dólares para Colombia.
Por último, las empresas también se pueden beneficiar, en especial las del sector real. Los mercados están sufriendo de iliquidez, en parte a que estos están creciendo a un menor ritmo del que lo está haciendo la liquidez (los inversionistas), lo cual puede ser de buen provecho para las entidades que deseen sacar proyectos de inversión adelante.