Las acciones de la Fiscalía y de la Superintendecia Financiera contra delitos de usura
viernes, 1 de septiembre de 2023
Entre las acciones de la Fiscalía para minimizar este delito están la creación de Dirección Especializada contra Delitos Informáticos
Uno de los delitos más frecuentes del crimen organizado que opera en Colombia es el de los prestamistas gota a gota, que ha derivado en casos de homicidios, persecución a los deudores, amenazas, entre otros.
Este modelo de crédito se ha convertido en una opción para quienes no tienen la posibilidad de acceder al sistema financiero legal. Según el Código Penal es un delito de usura porque supera los límites de tasas de interés que la Superintendencia Financiera autoriza.
Además de venir en aumento desde 2019, recientemente se conoció una nueva modalidad: la digital. Las nuevas tecnologías no solo han ayudado a impulsar negocios, sino que también le permite a los delincuentes mejorar sus técnicas de usura.
Daniel Andrés Vargas, abogado penalista, aseguró que este delito viene en aumento por dos razones: “la primera viene derivada de las mismas entidades financieras, porque el otorgamiento de créditos no es para todos lo perfiles, entonces hay personas que no tienen cuentas, que no tienen el suficiente respaldo y a ellos se les ofrecen prestamos. La mayoría de personas que acceden a estos prestamos son comerciantes informales y por este motivo no pueden acceder a los créditos bancarios”.
La segunda razón tiene que ver con la inversión de capital en este tipo de créditos. “Aquellas personas que sirven como prestamistas, dados los aumentos de las tasas de interés de los bancos, aprovechan y van en sincronía con ellos, y ya las tasas de los delincuentes están llegando a índices de 10% mensual e incluso más altas”, añadió.
Por su parte, el fiscal Edna Cabrera, dijo que “por la violencia en que se realizan los cobros, estas personas están cometiendo el delito de concierto para delinquir, acceso abusivo a un sistema informático, violación de datos personales, extorsión, lavado de activos y enriquecimiento ilícito”.
De hecho, las cifras más recientes de la Fiscalía aseguran que hay más de 8.000 denuncias de víctimas de estás plataformas, que popularmente se han conocido como gota a gota virtual, una modalidad que va en aumento. Es por esto que la entidad de control abrió investigación sobre al menos 89 aplicaciones que usan métodos publicitarios en redes sociales para, supuestamente, prestar dinero, pero que terminan volviéndose un dolor de cabeza para quienes acceden a este servicio.
A estas acciones se le sumaron entidades como la Superintendencia Financiera y la Superindustria de Industria y Comercio quienes, al igual que la Fiscalía, ponen la lupa sobre varias plataformas que ofrecen información falsa, violando las normas del consumidor.
La Superintendencia alertó sobre varias aplicaciones como Vida Luja, Neo Fintech y Credisco. Sin embargo, a la conclusión a la que llega la Fiscalía es que este fenómeno delictivo arranca con conversaciones por Instagram, Facebook, Telegram y WhatsApp.
Este delito ha crecido tanto que otra de las más recientes acciones de la Fiscalía General de la Nación fue abrir la Dirección Especializada contra Delitos Informáticos, que está en funcionamiento desde hace ocho meses y ha estado alertada sobre lo que está pasando en Colombia con estás aplicaciones que ofrecen préstamos fáciles. Ha recibido denuncias ante acoso cibernético, amenazas, extorsión y estafa.
Otras acciones
La Defensoría del Pueblo alertó que bandas criminales como ‘los Rastrojos’, Autodefensas Gaitanistas, Ejército de Liberación Nacional, ‘Clan del Golfo’ y ‘Águilas Negras’ operan en la ciudad en economías ilegales como los cobros de extorsiones y el denominado gota a gota.
Agregaron que el sector financiero, el Gobierno Nacional y distrital tienen que articularse para reducir el papel que tienen las estructuras de los gota a gota. Deben evaluar la formalización laboral, fortalecer las rutas de acceso al sistema financiero y al crédito. Y principalmente, acabar con las organizaciones que operan en la ciudad y tienen amedrentados a los ciudadanos.