Comercio

Una sombrilla donde cabemos todos

Confecámaras

En el primer semestre de 2025 se crearon 173.907 nuevas unidades productivas en Colombia, 1,9% más que en 2024.

Nicolás Botero Páramo-Gaviria

Presidente de Confecámaras

Cuando observamos a Colombia desde el lente de las Cámaras de Comercio, aparece una verdad sencilla y poderosa: este país se construye todos los días con el trabajo de millones de personas que emprenden y creen. Ahí está nuestra razón de ser.

Confecámaras existe para acompañar y servir a 58 Cámaras que conforman nuestra Red, para acercar la formalidad, la productividad y los mercados a quienes sostienen el tejido empresarial. Nuestro método es claro: trabajamos desde la solidaridad, cultivando la cercanía, reconociendo que cada cámara tiene su propia identidad, sus vocaciones y sus urgencias.

En el primer semestre de 2025 se crearon 173.907 nuevas unidades productivas en Colombia, 1,9% más que en 2024. De estas, 99% corresponden a microempresas, reflejo de una energía emprendedora que impulsa al país, pero que también nos plantea un reto: lograr que más negocios crezcan, accedan a financiamiento y se mantengan en el tiempo. Del total de empresas creadas, 74% fueron personas naturales y 26% sociedades. Además, 44% inició operaciones generando al menos un empleo.

Durante 2024, la Red de Cámaras de Comercio demostró su compromiso con el desarrollo empresarial: se prestaron más de 600.000 servicios, 89% de ellos sin costo. Programas como Alístate y Transforma-T para Crecer, liderados por Confecámaras y las Cámaras de Comercio, fortalecieron a más de 12.000 micro y pequeñas empresas. Estos no son solo números: son cambios reales en la caja registradora de la tienda de barrio, en el taller que se moderniza, en la unidad productiva que deja atrás la informalidad para crecer y movilizarse.

Somos, sobre todo, un país de micro y pequeñas empresas que laten en servicios, agro y manufactura. La Red llega a capitales, ciudades intermedias y áreas rurales; acompaña corredores productivos y pone en valor las vocaciones de cada región. Así convertimos las diferencias en capacidades compartidas, y la diversidad, esa riqueza que nos caracteriza, en una ventaja competitiva del sistema cameral.

Desde Confecámaras convocamos para escuchar de primera mano a las cámaras y sus empresarios; articulamos para sumar capacidades públicas, privadas y académicas; y viabilizamos para que las soluciones lleguen a tiempo.

Ese es nuestro modo de operar, trabajamos del territorio al centro, no al revés. Nada de planes abstractos, se necesita identificar problemas concretos, establecer rutas claras y seguimiento. Se mide lo que importa: más empresas formalizadas, más productividad y más acceso a mercados.

La cooperación empresarial y territorial ya dejó huella. Hoy existen 157 iniciativas clúster activas en 28 departamentos, que agrupan a más de 410.000 empresas, 24% del tejido empresarial y cubren 88 % del territorio.

Las empresas clúster aportan más de 22% del empleo industrial y concentran 12,5% de valor agregado de dicho sector. Allí donde hay gobernanza, mesas técnicas y una agenda de sofisticación, los resultados llegan: como, por ejemplo, mayor supervivencia empresarial (71,5% frente a 35% nacional), más crecimiento y mejores oportunidades para abrir mercados. Ese es el poder de tejer confianza, cuando las alianzas funcionan, la región compite mejor y el empresario siente que no está solo, porque la unión hace la fuerza.

Nuestro compromiso es poner al empresario en el centro, a través de las cámaras como agencias de desarrollo en sus territorios. Para lograrlo, se requieren herramientas concretas: trámites más simples, acompañamiento técnico que deje capacidades instaladas, puertas abiertas al financiamiento y rutas claras hacia nuevos mercados. También se necesita una relación franca entre Confederación y Cámaras a través de canales de ida y vuelta que permitan priorizar, destrabar y escalar soluciones que respondan a las realidades locales.

La confianza es lo que convierte esta sombrilla en un verdadero espacio de encuentro. Es el punto de partida para articular esfuerzos, sumar voluntades y abrir camino a quienes hoy están a la intemperie. Si logramos que cada región vea resultados visibles estaremos honrando esa confianza. Pongamos la solidaridad en acción, y que cada logro compartido sea señal de que estamos en el camino correcto.

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