Análisis

Las telecomunicaciones, clave para la competitividad del país

Claro

En nuestro país, los avances de conectividad también comprenden otra dimensión más allá de la esfera empresaria

Carlos Zenteno

Si algo caracteriza a estos tiempos de Transformación Digital y Cuarta Revolución Industrial, es que la tecnología permea cada vez de manera más rápida y radical cada aspecto de las actividades económicas. Desde el aumento de posibilidades de conexión con clientes sin barreras geográficas, hasta la optimización y eficiencia en los procesos productivos apoyada en herramientas como Internet de las cosas (IOT), Big data (analítica) e Inteligencia Artificial (decisiones automatizadas en función de la analítica). Hoy todo está diseñado para dar un salto tangencial en productividad.

Gracias a las telecomunicaciones, el Internet y la conectividad, hemos presenciado una transformación sin precedentes en los últimos años en la forma en que producimos, consumimos y nos relacionamos. La masificación del celular, impulsada por Claro desde hace 25 años, fue un punto de inflexión que incrementó las posibilidades de comunicarnos en cualquier lugar y en cualquier momento. Serían las bases de esta evolución que se desataría con el acceso a Internet Móvil, y cuyas oportunidades aún están siendo exploradas.

No es exagerado afirmar que toda la información del mundo cabe en la palma de la mano, lo cual puede ser especialmente trascendental a la hora de concretar relaciones de negocios. Es así como la conectividad se ha convertido en el elemento fundamental para una empresa que quiera maximizar su competitividad y productividad con una visión global. Las organizaciones e iniciativas que han sabido interpretarlo así y han acelerado su transformación digital, son las que han logrado resaltar en un escenario marcado por la constante introducción de cambios y actualizaciones.

Y aún no hemos visto todo el alcance de este nuevo paradigma. Avances significativos para la humanidad como los vehículos de conducción autónoma, telemedicina o ciudades inteligentes, estarán soportados en el despliegue de la cobertura 5G, el siguiente paso de la evolución, que ya empieza a hacer sus primeras apariciones en el mundo. Claro, por ejemplo, ya cuenta con una amplia cobertura 4G en el país, que alcanza más de 935 municipios y 4.5G en casi 300 que soportan soluciones verticales hechas a medida de nuestros clientes a través de procesos de cocreación. Además, hemos hecho pruebas con 5G, que pondrán al alcance de los ciudadanos y empresas velocidades nunca antes vistas. El significado que esto podrá tener para los negocios y la actividad empresarial es aún incalculable, pero lo que se puede afirmar con toda certeza es que el sector de la tecnología y telecomunicaciones se proyecta como el gran impulsor de la competitividad de otros sectores.

En la medida que más organizaciones nos sumemos a explorar esta visión, y generemos un entorno de negocios cada vez más interconectado, podremos responder mejor como país a los cambios que se avecinan y sacarle máximo provecho para el desarrollo de nuestros mercados.

En nuestro país, los avances de conectividad también comprenden otra dimensión más allá de la esfera empresarial: la oportunidad de cerrar brechas sociales y dinamizar la economía a escala rural. Los elementos están a nuestra disposición para convertir esas proyecciones en una realidad. Reglas claras y un marco regulatorio que proteja y estimule la inversión, son una parte necesaria en la ecuación para garantizar que el desarrollo de la tecnología y las telecomunicaciones siga su camino. Todo radica en tomar las decisiones correctas, teniendo claro el rumbo que nos hemos fijado como país y los puertos que podemos alcanzar en beneficio de todos.

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