El mayor desafío de una raza

Presidente de la Fundación Fesco

Los manizaleños nos sentimos muy orgullosos de las montañas que rodean nuestra ciudad, que fue fundada precisamente en el filo de una de ellas hace un poco más de los 170 años. Por su ubicación y por las dificultades que ha tenido que afrontar a lo largo de su historia, como los incendios, temblores, deslizamientos y la erupción del volcán Nevado del Ruiz, Manizales ha sido reconocida como “el mayor desafío de una raza”.

Desde su fundación, su crecimiento ha sido tan vertiginoso, que a principios del siglo XX, desde el punto de vista económico, se convirtió en una de las ciudades más importantes del país.

El sitio donde se construyó, se dio por ser un cruce obligado de caminos entre Bogotá, Cali y Medellín. En la segunda década del siglo XX, se empezó a construir lo que en su momento fue el cable aéreo más largo del mundo -72 kilómetros de largo- que conducía de Manizales a Mariquita y en el que se transportaban mercancías y pasajeros, cable que funcionó hasta 1967 y que contribuyó enormemente al desarrollo de la ciudad.

El cable hace parte de la impronta de los manizaleños. La estación de salida se conserva intacta frente a esta se disponen unos cables que soportan una vagoneta como recuerdo de lo que fue este medio de transporte, lo mismo que una torre de madera de 50 metros de altura que en su momento sirvió de soporte de la línea.

La promesa de campaña del alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, fue la de construir una tercera línea, que sería un complemento a las líneas 1 y 2, que van desde el centro de la ciudad hasta el vecino municipio de Villamaría, con dos estaciones, una de ellas localizada en la terminal de transportes de la ciudad.

La Línea 3, en construcción, va desde esta terminal hasta sector de la antigua estación del cable, en lo que ahora se conoce como la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional. Cuenta con dos estaciones intermedias, una de ellas llamada Universidades, localizada en los campus de las universidades de Caldas y Nacional. Tendrá una extensión de 2,4 kilómetros y su construcción va en 50% de su cronograma, por lo que se espera que esté operando a mediados del año entrante.

Los cables aéreos que se han construido en la ciudad desde el año 2006 como transporte público de pasajeros han sido una propuesta atractiva, cómoda y rápida, especialmente en una ciudad con la topografía como la de Manizales. Una modalidad de transporte que, además, es muy amigable con el medio ambiente.

En su campaña, Marín Correa soñaba con lo que denominaba el diamante aéreo de transporte público de Manizales, que lo convertiría con sus cinco lados en el principal medio de movilización de pasajeros en la ciudad.

El reto para las administraciones municipales venideras está en continuar con la construcción de las líneas que faltan, lo mismo que sacar adelante el Sistema Integrado de Transporte Público, que involucre, obviamente, el funcionamiento del cable, lo que sin lugar a duda mejorará las condiciones de vida de los manizaleños.