Laboral

Esto es lo bueno, lo malo y lo feo del proyecto de reforma laboral del Gobierno

Al enfocarse en fortalecer la estabilidad laboral reforzada, el proyecto no tiene en cuenta a aquellos que están en la informalidad

Juliana Trujillo Velásquez

El Ministerio de Trabajo radicó el pasado 16 de marzo ante el Congreso de la República el proyecto de reforma laboral. Esto se logró luego de haberse planteado cuatro borradores del documento y después de haber sido concertado en la Comisión Permanente de Políticas Salariales y Laborales. Se consolidó la versión final con 75 artículos, para el cual la cartera recibió propuestas de sindicatos como CUT, CCT y CGT; y gremios como Fenalco, Andi y Acopi.

Pese a los cambios que se presentaron para llegar al documento final, se mantuvo el enfoque de privilegiar la estabilidad laboral de quienes ya cuentan con un empleo formal. Respecto a lo bueno que deja esta propuesta, es importante destacar que protege y da acceso a seguridad social a los migrantes.

Gracias a esto, los extranjeros residentes en el país podrán acceder a garantías laborales, independientemente de cuál sea su situación migratoria. Esto es benéfico, pues para el mercado laboral es más rentable que esta población esté dentro de la formalidad.

Quizás uno de los aspectos que en un principio había generado aceptación sobre la reforma, es su propuesta de regular las plataformas digitales. Según esta, ahora quienes trabajen con estas aplicaciones serían tratados como trabajadores dependientes. Es decir, serán vinculados mediante contrato de trabajo y gozarán de todos los derechos y garantías.

El ‘pero’, es que en las últimas semanas los mismos trabajadores de plataformas como Rappi se han manifestado en contra de esta medida. El argumento detrás es que no sería rentable implementar un modelo que fuerza la formalidad, pero dificultando la movilidad de la fuerza de trabajo dentro del mercado. Según la compañía, 130.000 personas se quedarían sin el empleo en la plataforma con la reforma.

Este dato lleva a lo que sería lo malo de la reforma, pues por privilegiar a aquellos que trabajan dentro de la formalidad, olvida que en el mercado laboral colombiano hay personas que trabajan en modalidades independientes sin un contrato formal. La reforma no tiene en cuenta los beneficios de la flexibilidad y de ingresos complementarios en los que vive un sector importante del país.

Lo feo, probablemente sea el aumento de costos laborales que traen medidas como el cambio de la jornada nocturna de 6:00 p.m. a 6:00 a.m. y el aumento del pago de recargos. Fenalco calculó que con estos cambios, los costos aumentarían en hasta 35%, con lo cual se prevé menos contratación y por ende, mayor informalidad. Este es quizás el punto que mayor disenso genera entre sindicatos y gremios, el cual con dificultad será conciliado en la discusión en el Congreso.

LOS CONTRASTES

  • Karla EscobarExperta en derecho laboral de CMM Abogados

    “La reforma laboral no está articulada con la reforma pensional. Al disminuirse los niveles de contratación, no se va a tener el nivel de cotizaciones que necesita el sistema para el Fondo de Ahorro”.

  • Juliana MoradDirectora del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana

    “El incremento de costos laborales afecta en un mercado como el nuestro, el cual está conformado por medianas, pequeñas y microempresas. Estas no tienen un gran margen de maniobra”.

Lo bueno, protege al sector rural

Además de la protección en seguridad social a migrantes, otro de los aspectos a destacar en la reforma es que tiene en cuenta y busca formalizar el trabajo rural. Esto mediante lo que se denominaría como jornal agropecuario. Con este los trabajadores podrán acordar con el empleador el pago del salario y en general de la totalidad de derechos y obligaciones derivados de la modalidad del trabajo rural.

Este se reconocerá en los periodos de pago pactados entre las partes bajo la modalidad de un jornal rural, que además de retribuir el trabajo diario ordinario, compensará el valor de la totalidad de prestaciones sociales y beneficios legales a que tenga derecho el trabajador agropecuario, tales como primas, auxilios y subsidios, sin incluir las vacaciones. En ningún caso el jornal diario agropecuario será inferior al salario mínimo diario legal vigente o al pactado en convención colectiva sectorial.

Lo malo, inamovilidad laboral

En la reforma se incluye un apartado de estabilidad laboral reforzada, que protege a aquellas personas que se encuentran en una modalidad de contrato como trabajadores independientes. Entre otras cosas, en esta sección se establece que quienes pertenezcan al fuero sindical, de salud, personas en situación de incapacidad, mujeres en estado de embarazo y prepensionados; no podrán ser despedidos sin justa causa.

Contrario a lo que se podría considerar, expertos prevén que esta medida puede tener efectos adversos sobre el mercado, generando incluso inamovilidad en el mismo. Esto porque los empleadores reducirían los niveles de contratación, además de abstenerse de contratar a dichos grupos. Cabe aclarar que, para que surta efectos el despido por justa causa, se requerirá adicionalmente de una autorización ante la autoridad administrativa o judicial, o ante un Inspector del Trabajo según sea el caso.

En caso de haberse incurrido en un despido injustificado, el empleador deberá indemnizar el valor de los salarios correspondientes al tiempo que faltare para cumplir el plazo estipulado del contrato. En ningún caso será inferior a 45 días de salario.

Lo feo, incrementa costos

Según el Ministerio de Trabajo, con esta reforma quieren recuperar los derechos de los trabajadores. Y para esto, en el documento final incluyeron propuestas como la reducción de la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales, el cambio de la jornada nocturna de 6:00 p.m. a 6:00 a.m. y el aumento por el pago de recargos nocturnos, dominicales, festivos y horas extra de 75% a 100%.

Sobre estos artículos, gremios como Fenalco han asegurado que dado el incremento de costos laborales que esto implicaría, habría una reducción importante en los niveles de contratación. Este gremio estimó que solo en Bogotá se perderían alrededor de 200.000 empleos de llegarse a aprobar la reforma. Expertos consideran, que esto puede ser negativo, especialmente en un mercado laboral como el colombiano, el cual está conformado principalmente por, medianas, pequeñas y micro empresas.

Las grandes empresas tienen un mayor margen de maniobra, y probablemente tengan la capacidad de trasladar estos nuevos costos al precio final del producto que pagan los consumidores. Sin embargo, las Pyme, al tener un menor margen, recurrirán a reducir los niveles de contratación.

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