Análisis

El procesamiento de datos en Colombia

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Si el sistema promete pagos “inmediatos”, cualquier retardo puede minar la confianza y frenar la adopción

Luis Fernando Rumbos

Managing Director de KIO Data Centers Colombia

Con la entrada en operación de Bre-B, Colombia se prepara para una transformación estructural en la forma en que las personas y empresas transfieren dinero.

Tal como sucedió en Brasil o México, el volumen de transacciones digitales podría triplicarse en menos de tres años, creando una demanda sin precedentes sobre la infraestructura de procesamiento de datos en Colombia.

Pero para cumplir esa promesa de inmediatez e interoperabilidad sin fricciones, el país necesitará centros de datos locales, escalables y con soberanía tecnológica, garantizando la interconectividad nacional y la continuidad operativa 24/7. Hoy México tiene cerca de siete veces la capacidad de centros de datos que tiene Colombia, y Brasil la supera quince veces. Ante esta realidad, KIO BOG1 fue proyectado para acompañar el crecimiento exponencial de la demanda, pues reconocemos que el éxito de un sistema como Bre-B depende de que el procesamiento ocurra en una infraestructura robusta, resiliente y local.

Si el sistema promete pagos “inmediatos”, cualquier retardo puede minar la confianza y frenar la adopción. La latencia -el tiempo que transcurre entre que un usuario inicia una transacción y recibe su confirmación- es esencial para que los pagos funcionen realmente sin fricciones, a gran escala.

Habilitar el funcionamiento de Bre-B requiere de un ecosistema que trasciende el sector financiero. En este escenario, centros de datos como KIO Data Centers son fundamentales para que país cuente con infraestructura robusta, certificada bajo las normas más estrictas de seguridad, redundancia y eficiencia; con enlaces directos entre entidades financieras, billeteras digitales, comercios y personas; y con una arquitectura escalable, pensada para acompañar el crecimiento progresivo del volumen transaccional.

La confiabilidad de esta infraestructura será clave no solo para bancos y billeteras. Empresas de comercio electrónico, marketplaces, plataformas de servicios digitales, operadores logísticos y empresas de telecomunicaciones también necesitan operar sobre centros de datos locales, con latencia mínima y disponibilidad garantizada. En Brasil, la implementación de Pix se tradujo en un crecimiento del e-commerce superior al 50 % en volumen transaccional entre 2021 y 2023.

La adopción de Bre-B podría consolidar una nueva etapa de expansión digital y permitir a las telcos, e-commerce y tecnológicas maximizar sus capacidades operativas, atender picos de demanda y monetizar servicios de valor agregado, anticipando que la transición a los wearables y funcionalidades más complejas ocurrirá muy pronto.

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