La seguridad alimentaria sigue frágil pese a leves mejoras, según señala la FAO
viernes, 5 de diciembre de 2025
Máximo Torero, economista jefe de la FAO, advierte que las desigualdades y el avance en productividad mantienen al planeta lejos del objetivo de hambre cero
Angie Muñoz
Mientras algunos indicadores muestran una tímida mejora, las cifras de hambre, los altos costos de una dieta saludable y la presión de la inflación alimentaria revelan que la seguridad alimentaria global sigue en terreno inestable. Así lo advirtió Máximo Torero, economista jefe de la FAO, al señalar que el mundo no está asegurando las bases para producir los alimentos que necesitará en las próximas décadas.
Un avance leve en medio de fuertes desigualdades
Si bien el informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2025’, presentado por Torero, mostró una reducción en la proporción de personas que padecen hambre, aún queda camino por avanzar. Las cifras indican que se pasó de 8,7 por ciento en 2022 a 8,2 por ciento en 2024, lo que equivale a 673 millones de personas aún en hambruna. Pese a la disminución, el progreso es desigual y la meta de hambre cero continúa lejos.
Torero detalló la magnitud del problema al señalar que el acceso regular a una alimentación adecuada todavía está fuera del alcance de unos 2.300 millones de personas. En América Latina la situación es compleja, “en nuestra región está aumentando el sobrepeso y la obesidad por falta de acceso a dieta saludable, a conseguir la variedad de nutrientes que el cuerpo requiere”, señaló Torero. La FAO resalta que el costo de la dieta saludable creció 9 por ciento en 2024 y en América Latina el incremento fue más marcado: 23 por ciento por encima del promedio global. Además, la inflación de alimentos llegó a ser 13,6 por ciento, más alta que la inflación general. En los países más pobres alcanzó un 30 por ciento durante 2023, esto afecta de manera directa la seguridad alimentaria.
Frente a la producción de alimentos, la FAO estima que el crecimiento dependerá de mejoras en productividad, sobre todo en países de ingresos medios. Según Torero, sistemas más productivos seguirán siendo el principal motor del crecimiento: 83 por ciento provendrá del rendimiento de cultivos y 58 por ciento de la productividad ganadera.
A pesar de ello, el mundo permanece lejos de cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible Hambre Cero. Para lograrlo, Torero insiste en que es clave elevar y optimizar la inversión pública y privada de manera sostenida. La FAO sostiene que si América Latina y el Caribe implementan acciones efectivas para transformar sus sistemas agroalimentarios, la región podría alcanzar sus metas y servir como ejemplo global.