Hacienda
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Liderazgo de la Bolsa de Valores: desde Bavaria hasta Ecopetrol
miércoles, 27 de febrero de 2019
Impulso a financiación bancaria afectó negociación de acciones
Lilian Mariño Espinosa
La primera mitad del siglo XX fue una época en la que el mercado de valores, que empezó a operar el 2 de abril de 1929, impulsó a varias empresas industriales como Bavaria y Acerías Paz del Río, que a principio de siglo habían logrado crecer acumulando pequeños capitales. Esto se concretó a pesar de los altibajos que generó en la Bolsa de Bogotá la Gran Depresión y la caída de los precios internacionales del café, que en los 30 afectaban a la economía de la misma manera que lo hace hoy el petróleo.
Solo en el primer año de operación se lograron mover $10 millones, y a pesar de que con la baja del café las negociaciones cayeron 26,86%, al pasar de $27 millones en 1932 a $12 millones en 1938, en 1940 gracias al sistema de cuotas para países exportadores y al programa de limitación a las importaciones se dio un alza en los medios de pago, que mejoró la actividad bursátil.
Fue una herramienta que en el momento alcanzó a impulsar a 25 sociedades mercantiles, bancos, empresas de servicios financieros y empresas manufactureras, comerciales y de servicios. Entre los nombres aún se identifican entidades financieras como Banco de Bogotá, Banco de Colombia y el Banco Alemán Antioqueño (hoy Itaú). Según los expertos, gran parte del impulso venía dado porque los bancos no podían prestar a más de 90 días, así que, para buscar capital para la expansión, las empresas buscaron mecanismos de financiamiento menos riesgosos, que no implicaran ceder el control de las operaciones en dado caso de no cumplir los préstamos de tan corto plazo. Además, dentro de los limitantes de las políticas gubernamentales, los economistas Francy Barrios y Carlos Beltrán destacan la ley de doble tributación de 1953, que retrasó el dinamismo del mercado.
Ya en esta segunda parte del siglo XX, según Roberto Junguito, “el mercado ha sido un mecanismo muy por debajo de su potencial, por eso es que se ha decidido hacer misiones del mercado de capitales; para que el mercado juegue un rol más activo en la dinamización de las empresas, que han visto en el crédito un mecanismo más activo de financiación”. Esto último se mejoró en los 50 cuando destaca el cambio en las reglas bancarias, que permitían créditos a más largo plazo. Según registros de la Bolsa de Bogotá, se pasó de tener en 1945 una participación de acciones en las negociaciones de 69% a 53% en 1960.
Cuando se fundó La República, la Bolsa de Bogotá funcionaba como una fusión con la Bolsa de Colombia, inaugurada en 1932 con un capital de $200.000, y al año movía cerca de $150 millones, según cifras de la BVC, pero no pasó mucho tiempo para que se crearan otros centros de operación de valores, teniendo en cuenta la gran acogida que había tenido entre los industriales.
En el mejor momento de las empresas antioqueñas, en 1961, se creó la Bolsa de Medellín, y más adelante, en 1983, se fundó la Bolsa de Occidente en Cali. Esto, según el libro ‘Evolución, análisis y perspectiva del mercado accionario como opción de inversión 1950-1999’, descentralizó el mercado y consolidó a la industria antioqueña como eje para la capitalización y la financiación de la industria del país.
No obstante, al mismo tiempo, se fortaleció la política de incentivos tributarios para apoyar a las firmas por medio de bancos de inversión, lo que llevó a la disminución de inyección de capital por emisiones y empujó al crédito como mecanismo de financiación pasando de 25,8% (1959) a 42% (1964), mientras la emisión caía de 33,1% a 27%.
Entrados los 70, el alza del café generó una ola de inflación que afectó al mercado ya que las transacciones en acciones pasaron de ser 57% en 1970 a 23% en 1975, mientras que crecía la renta fija y los certificados de cambio. “También pesaba que eran muy pocos los emisores, había leyes para que las empresas públicas entraran y no había grandes firmas, ya que la industria apenas estaba en expansión”, dijo Andrés Moreno, analista bursátil.
Este comportamiento se mantuvo por años, a pesar de las mejoras en los 90 con la operación de las tres plazas bursátiles.
A final del 2000 había 125.000 personas invirtiendo, donde 40% estaba en Bavaria y el resto en BanBogotá, Bancolombia y Bbva, principalmente. Y fue en este punto, 2007, donde llegó el boom de empresas estatales, con Ecopetrol e ISA, que dieron un fuerte impulso. Según Moreno, “la de Ecopetrol fue la expansión más grande, el número de participantes se multiplicó por ocho, lo cual trajo un alza de precios de las acciones, profundidad y, con esto, mayor interés en el mercado”.
Sobre las comisionistas, estas han sido impactadas por los bajos niveles de negociación. Cuando comenzó el siglo XXI había 44 firmas, 22 en la Bolsa de Bogotá y 22 entre Medellín y Cali. Durante los últimos 20 años decenas han sido creadas, fusionadas y en su mayoría liquidadas, lo cual ha llevado a tener solo 19 activas dificultando la entrada de más de 45 millones de colombianos.