Barranquilla cerró el año pasado con una más baja de tasa de desempleo de 10,4%

Las cifras macroeconómicas de Barranquilla con corte a diciembre del año pasado fueron positivas, pues hubo varios crecimientos en los principales indicadores. Según las entidades, la capital de Atlántico avanzó en varios aspectos económicos, aunque aún adolece los problemas del país en general, como la inflación, el desempleo y la informalidad.

La tasa de desempleo fue de 10,4% (octubre-diciembre) en Barranquilla (sin su Área Metropolitana) al cierre de 2022, un dato que a finales de 2021 se ubicaba en 12,8%, lo que representa una caída de 2,4 puntos porcentuales. Sumando el Área Metropolitana, el desempleo fue de 11,2%, cifra que está por encima del último dato total nacional de diciembre (10,3%).

Aunque estos niveles en doble dígito, son preocupantes, Juan Manuel Alvarado, gerente de Ciudad de la Alcaldía de Barranquilla, dijo que el número de ocupados en la capital de Atlántico y Soledad pasó de 835.000 en 2021 a 910.000 a 2022.

Andrés Vargas, director del departamento de Economía de la Universidad del Norte, aseguró que la reducción del desempleo es “el reflejo del proceso de recuperación económica, en buena medida jalonado por el desempeño de la industria”. En informalidad, la ciudad ocupa el décimo lugar a nivel nacional con 59,7%, dos puntos por encima de la cifra general (57,8%).

Otro de los factores económicos determinantes para medir a Barranquilla es la inflación. La variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para enero fue de 1,61% en la ciudad, lo cual está ligeramente por debajo del total nacional, que alcanzó 1,78%. Sin embargo, la variación anual del indicador en Barranquilla, con corte a enero, reflejó un encarecimiento del costo de vida de 14,11%, arriba del promedio nacional (13,25%). “Al igual que el resto del país, la inflación de alimentos fue la más alta y llegó a 26,8%. Es importante indicar que para las demás categorías de gasto también se presentaron registros altos de inflación, a excepción del rubro información y comunicación”, aseguró Vargas.

Según el economista, en Barranquilla, así como en el resto de Colombia, el efecto inflacionario no se ve representado solo en los alimentos, sino que ha tomado un carácter más general. Se espera que haya una moderación en el alza de precios al cierre del año, “toda vez que el gasto de los hogares y empresas empieza a verse afectado por los altos precios y las perspectivas de desaceleración económica, así como por el incremento en las tasas de interés producto de las decisiones del Emisor”, dijo Vargas.

La Cámara de Comercio de Barranquilla destacó en su último informe que Barranquilla y Atlántico han crecido a “ritmos acelerados”. La condición de vida de los habitantes ha tenido entornos más favorables: hubo una disminución de la pobreza monetaria de 38% en 2012 a 27,3% en 2019, una reducción de 10,7 puntos porcentuales. Asimismo, la última medición del Índice Mensual Económico Distrital arrojó una variación de 2,3% del PIB de la ciudad.