Industria
LR Bogotá
El aporte ambiental de los espectáculos
lunes, 22 de septiembre de 2025
En el occidente de Bogotá, se instaló Vive Claro, el primer distrito cultural verde que detrás tiene un proyecto de renovación con siembras de especies nativas
Bogotá cuenta ahora con uno de los escenarios más grandes para la música y los eventos en vivo de América Latina, gracias a Vive Claro, el centro cultural que surge como un espacio verde sobre un terreno que históricamente no iba más allá de un potrero de 24 hectáreas.
En sus primeros días, algunos aseguraron que se trataba de un humedal y que su construcción violaba el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la capital, pero tales afirmaciones resultaron ser falsas. De hecho, durante el mandato de Gustavo Petro como alcalde, el predio fue certificado como una zona libre de saturación hídrica, lo que desmintió la teoría del humedal.
Ubicado entre la Calle 53 y la Calle 26, junto al Parque Simón Bolívar y Ciudad Salitre, Vive Claro es el primero de su tipo en Colombia. Su infraestructura modular y adaptable permite su montaje en un plazo de hasta cuatro semanas, según las necesidades del espectáculo, y tiene una capacidad para recibir hasta 40.000 personas, incluso podrían ser 60.000.
El proyecto cuenta con una inversión superior a los US$24 millones por parte de Ocesa, la principal promotora de conciertos del país y una de las más grandes de la región. Pero el aspecto interesante es la huella ecológica y social que acompaña este proyecto. Aunque el terreno tiene 25 hectáreas, 18 de ellas se han destinado a áreas verdes, lo que representa 75% del lote. Este aprovechamiento se compensa con 25% del espacio dedicado a la infraestructura cultural.
El Plan de Manejo Ambiental del proyecto contempla la siembra de más de 9.200 plantas y 1.865 árboles, incluidos más de 50 especies nativas, lo que contribuirá a restaurar el equilibrio ecológico del área y a reemplazar las especies exóticas que constituían 75% del inventario forestal.
Este esfuerzo es único en la ciudad, ya que ningún otro proyecto cultural ha sembrado casi 2.000 árboles, lo que fortalece el impacto ambiental. Este efecto verde favorece la llegada de especies migratorias y la regeneración de insectos y polinizadores, vitales para el ecosistema.
Alcance como nuevo espacio
El complejo debutó oficialmente el próximo 27 de julio con un concierto de Paola Jara y Jessi Uribe, al que seguirán presentaciones de Green Day, Guns N’ Roses y Linkin Park. Además, ya opera algunos frentes: actualmente acoge la exposición “Jurassic World: The Experience” en su pabellón principal.
Ocesa estima programar alrededor de diez eventos al año en el foro de conciertos, sin contar espectáculos familiares y festivales que podrán realizarse en otros espacios del recinto.
Más que un escenario, Vive Claro representa un cambio de paradigma en la infraestructura para el entretenimiento en vivo en Colombia. “Esto no es para competir con otros espacios ni con los teatros existentes, sino para crecer la torta del mercado”, enfatizó Castro.
La ejecutiva sostiene que la alta demanda de fechas en los principales escenarios muestra que la oferta actual es insuficiente para atender tanto al público nacional como al turismo potencial asociado a los grandes conciertos.
La elección del terreno, propiedad de la Beneficencia de Cundinamarca, responde a un análisis legal del uso del suelo que permite espectáculos culturales y gastronómicos con estructuras temporales.
Esta modalidad, inédita en América Latina, permite instalar y desarmar recintos de gran capacidad sin construir edificaciones permanentes. Según Castro, el modelo ha sido observado como referencia mundial y refuerza la vocación de Bogotá y Colombia como exportadores de servicios de entretenimiento y música en vivo.
El proyecto también envía una señal sobre el poder contracíclico del sector. “Incluso en momentos de presión económica, las personas destinan parte de sus ingresos al entretenimiento; para los colombianos, la relación entre diversión y felicidad es directa”, subrayó la CEO de Ocesa.
Con Vive Claro, Bogotá se suma a las ciudades que apuestan por infraestructuras flexibles para capitalizar ese apetito y convertirlo en un nuevo motor de desarrollo económico y cultural.
En el mediano plazo, Ocesa prevé que Vive Claro no solo sea un escenario de referencia para artistas nacionales e internacionales, sino también un catalizador para la profesionalización de la industria de eventos en Colombia, atrayendo nuevas inversiones, fortaleciendo el turismo y ampliando la cadena de valor alrededor del entretenimiento.
El proyecto sobre la base de la participación ciudadana
Las personas que habitan sectores aledaños a Vive Claro, antes de su montaje, pasaron por un proceso de socialización. Incluso ahora la zona cuenta con un circuito cerrado de vigilancia con cámaras y botones de pánico que adaptó el distrito cultural. También se tiene en cuenta que con el pago de Ocesa a la Gobernación de Cundinamarca por el uso del suelo, esos recursos se destinan al sostenimiento de más de 1.500 ciudadanos de la tercera edad en ancianatos del departamento.