Industria
Congreso Andi en Medellín
Seguridad, regulación y competitividad: las claves para atraer inversión extranjera
jueves, 5 de septiembre de 2024
Expertos del sector financiero analizaron el panorama de la inversión extranjera en Colombia y en las economías emergentes
La inversión extranjera directa, IED, en Colombia está enfrentando una disminución, según las recientes estadísticas de la balanza de pagos divulgadas por el Banco de la República. Durante el segundo trimestre de este año, la IED registró una caída de 46,5 % anual, alcanzando US$2.841 millones. Esta tendencia se mantuvo a lo largo del primer semestre, con una reducción de 28,6 % en comparación con el año anterior, pasando de US49.417 millones en 2023 a US$6.719 millones en 2024.
Enmarcado en ese contexto se desarrolló el panel "En un mundo turbulento ¿Cómo está América Latina y Colombia?", durante el segundo día del Congreso Empresarial Colombiano, organizado por la Andi en Medellín, en el que expertos del sector financiero analizaron el panorama de la inversión extranjera en Colombia y en las economías emergentes. Gabriela Santos, estratega de Mercado Global de J.P. Morgan Asset Management, Munir Jalil, director ejecutivo y economista jefe de la Región Andina de BTG Pactual, y Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research, ofrecieron sus perspectivas sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta el país.
Gabriela Santos explicó que, a pesar de las incertidumbres globales, la economía mundial está creciendo por encima de su potencial, con tasas superiores a 2,5 %, y se está avanzando en un proceso de desinflación en muchos países.
“Estamos casi comenzando un ciclo de normalización de tasas con los bancos centrales, mientras que las acciones globales han subido 15% y el dólar se mantiene en niveles similares a los de principios de año”, señaló Santos.
Sin embargo, contrastó este optimismo con el desempeño de las economías emergentes, cuyas acciones han tenido un rendimiento a la mitad del de las economías avanzadas y cuyas monedas han sufrido depreciaciones debido a la incertidumbre y factores domésticos.
Santos destacó que, a nivel global, la prima de riesgo sigue en niveles manejables, y los inversionistas extranjeros continúan buscando oportunidades en sectores innovadores como la tecnología, la inteligencia artificial y la transición energética.
“En términos de IED, hay mucho enfoque del inversionista en la innovación tecnológica, la transición energética y la reorganización de las cadenas de producción. La región tiene un buen potencial, pero para capturarlo es crucial mejorar la seguridad, la previsibilidad de las regulaciones y la competitividad”, advirtió.
Además, subrayó que es fundamental para los países emergentes mantener un compromiso sólido con la disciplina fiscal y la estabilidad regulatoria para atraer inversiones de manera sostenida.
Munir Jalil aportó una perspectiva centrada en la situación particular de Colombia, subrayando la complejidad de su entorno económico y las presiones sobre la IED. “El crecimiento económico de Colombia ha mostrado cierta resiliencia, pero nos encontramos en un punto donde la volatilidad ha generado una diferenciación entre factores idiosincráticos y externos”, explicó Jalil.
Añadió que, a pesar de la caída en la inversión extranjera, Colombia no está sola en estos desafíos, y que las economías emergentes están mostrando una tendencia hacia la normalización pre-crisis financiera de 2008.
Resaltó que el país sigue lidiando con las consecuencias de las altas cargas impositivas impuestas a las empresas del sector extractivo en 2023, lo que ha afectado la necesidad de ingresar divisas en 2024. “El año pasado, las petroleras y mineras hicieron pagos impositivos considerables, lo que implicó entradas de dólares significativas. Este año no hemos tenido que monetizar tanto, por lo que estamos viendo una caída normal en la inversión extranjera”, explicó Jalil.
El economista también destacó un cambio notable en la inversión de portafolio, con inversionistas locales asumiendo un rol más activo en la adquisición de deuda interna frente a la disminución del interés de los inversionistas extranjeros.
“Históricamente, los presupuestos en Colombia se planean bajo un escenario pesimista con la esperanza de mejores resultados. Sin embargo, en los últimos dos años, hemos estado presupuestando con demasiado optimismo”, advirtió Jalil, sugiriendo una reevaluación de las expectativas económicas y de inversión.
Perspectivas fiscales y la necesidad de estabilidad
Juana Téllez enfatizó en la importancia de la estabilidad fiscal y la confianza para atraer inversión extranjera. “Colombia comenzó a separarse de Brasil en marzo de 2021 en términos de riesgo país, principalmente debido al paro nacional y otros factores idiosincráticos que han afectado la percepción externa”, explicó.
Téllez argumentó que Colombia no ha tomado las decisiones necesarias para ajustar sus cuentas fiscales de manera sostenida, lo que ha impactado negativamente en su calificación crediticia y, por ende, en la atracción de capitales.
Aunque la caída de 40% en la IED es significativa, Téllez mantiene un enfoque optimista sobre el futuro. “Este descenso podría ser transitorio. Colombia sigue siendo un país atractivo en la región, y la inversión puede jugar un papel crucial en la reducción del déficit de cuenta corriente”, señaló, advirtiendo que las necesidades fiscales del país superan las proyecciones optimistas del gobierno.
“Los $12 billones mencionados por el ministro no son suficientes; el CAF ha señalado que ese monto se queda corto, y recaudarlo será un desafío”, dijo Téllez, sugiriendo la necesidad de medidas fiscales más realistas y contundentes para mejorar la situación económica y atraer más inversión.
Un llamado a la acción: mejorar las condiciones para la IED
Los expertos coinciden en que Colombia tiene el potencial para revertir la tendencia negativa en la inversión extranjera, pero para ello es crucial abordar los desafíos estructurales y mejorar la previsibilidad regulatoria y fiscal. Como resaltó Gabriela Santos, “el potencial está ahí, la pregunta es cuándo podremos capturarlo”. La confianza de los inversionistas en la estabilidad económica y política del país será determinante para atraer los flujos de capital necesarios para el desarrollo económico y social.