“Medellín, una ciudad para el bienestar"

Alcalde de Medellín

Medellín cumple 350 años. Tres siglos y medio de historia que caben en un solo sentimiento: orgullo. A lo largo de nuestra historia hemos tenido muchas caras. Fuimos la ciudad más violenta del mundo, luego la más innovadora, y hoy nos transformamos en algo más profundo: una ciudad para el bienestar.

La ciudad que soñamos se construye desde las aulas. Por eso avanzamos en la inversión más grande de nuestra historia educativa: la renovación de 421 sedes y la construcción de 10 megacolegios pensados para el presente y el futuro. No son edificios bonitos para la foto: son espacios amplios, seguros, con laboratorios, bibliotecas, comedores dignos y entornos que cuidan la salud mental. A esto se suman ocho nuevos jardines infantiles, porque el bienestar empieza en la primera infancia. Y para cerrar la brecha digital, garantizamos que 100% de los colegios públicos cuenten con internet de fibra óptica dedicado y, donde es posible, con wifi extendido a la comunidad. Eso es equidad hecha obra.

El bienestar también se respira en el espacio público. Estamos recuperando 700 escenarios deportivos y construyendo seis ReCreos Deportivos y cinco ReCreos Culturales para que el encuentro sea una costumbre barrial. Canchas, gimnasios al aire libre, salones de música y danza: infraestructura que devuelve el tiempo en familia, aleja a los niños de las violencias y activa la economía local. Lo que es de todos se cuida con más amor, y por eso cada intervención llega con mantenimiento, iluminación y accesibilidad.

También estamos avanzando con dos grandes proyectos que cambiarán la relación con el espacio público: Primavera Norte y el Gran Parque Medellín, con su Mar de Medellín como símbolo de democratizar la diversión. Lo hacemos para que en el futuro cada familia tenga cerca un lugar para respirar, moverse y encontrarse.

Todo esto responde a un modelo de gobierno: el de la gente. Cuidar lo público como sagrado. Trabajar con rigor. Escuchar a la mamá que necesita un jardín para su hijo, al profesor que pide mejores condiciones para enseñar, a las familias que quieren nuevos espacios para disfrutar. Hoy resolvemos lo inmediato y dejamos las capacidades instaladas para que el bienestar sea una visión de ciudad en el largo plazo.

Medellín está volviendo a creer en sí misma. Estas obras no son solo infraestructura: son esperanza convertida en concreto, son el punto de encuentro entre el presente y el futuro. A sus 350 años, Medellín demuestra que sigue siendo una ciudad que no se rinde, que aprende, que crece y se transforma cada día. Una ciudad que se construye con oportunidades, con educación, con espacios dignos y con el orgullo de cuidar lo que es de todos. Porque una ciudad que invierte en su gente, que siembra confianza y que abre caminos para vivir mejor, será siempre una ciudad para el bienestar colectivo y compartido.