Así cambiará el panorama político y electoral de cara a la contienda electoral de 2026

El sábado 7 de junio el país se estremeció por el atentado que sufrió el senador, precandidato presidencial del Centro Democrático y columnista de LR, Miguel Uribe Turbay, de 39 años, cuando se encontraba en una concentración política en el barrio Modelia, localidad de Fontibón, al occidente de Bogotá. En esos momentos, justo en el discurso, cuando hablaba de sus propuestas de campaña y de varios temas, como salud mental, un menor de 14 años, armado, se abrió paso entre la multitud y le disparó al senador e hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada por Pablo Escobar y el cartel de Medellín.

Tras lo sucedido, es un hecho que cambiará el panorama político y electoral de cara a la contienda de 2026. Este giro iniciará puntualmente en la derecha, donde el precandidato Uribe Turbay buscaba el espacio del liderazgo junto a otros compañeros de la contienda.

La muerte del senador se suma, además, a un momento ya complejo en el Centro Democrático con la condena a 12 años de prisión del expresidente Álvaro Uribe Vélez por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.

El primer efecto que los analistas aseguran podría registrarse es el fortalecimiento de la derecha en la política no solo en las calles, sino en el inicio del debate electoral de cara a las elecciones de 2026.

Julián Jiménez, socio de la firma de abogados EsguerraJHR, agregó que frente a este fortalecimiento de esta corriente política, el Gobierno Nacional está obligado a replantear su enfoque respecto a temas clave como el manejo de la paz, los diálogos con grupos ilegales y el tratamiento de ciertos grupos sociales.

El segundo efecto que plantea Jiménez es que el tema de seguridad será un eje central en la agenda política, pues la sociedad reclamará mayor protección, una presencia estatal más fuerte y un cambio de dirección en las prioridades del Estado.

Otros expertos sugieren que frente a este repunte de liderazgo, la derecha debe explorar la formación de una posible “coalición amplia” con diversos personajes. Esa estrategia buscaría contrarrestar la fragmentación del electorado, que en encuestas recientes se reflejó en porcentajes bajos por los candidatos y alto nivel de indecisos.

“Estoy segura que el país se va a pronunciar y, por supuesto, que el panorama político estará dirigido a quien demuestre que es capaz de devolverle al país la seguridad jurídica, un panorama que devuelva la confianza para invertir en nuestro país y sobre todo que tengamos un verdadero líder, dónde no exista el menor indicio de corrupción. La muerte de Miguel Uribe Turbay será reinvidicadora de la institucionalidad del estado colombiano”, dijo Marcela Ogliastri Barrera, gerente general en Marcela Ogliastri Abogados.

También añadió que cada vez que en Colombia ocurre un magnicidio, como el crimen de Miguel Uribe Turbay (comparado con los de Álvaro Gómez Hurtado, Luis Carlos Galán y otros líderes políticos y candidatos presidenciales), se genera un fuerte impacto en la opinión pública. En este caso, el asesinato, ocurrido a pocas semanas de las elecciones presidenciales, marcará el debate nacional.

El exmandatario Ernesto Samper señaló que el país requiere un pacto nacional que ponga fin a la polarización electoral, prevenga llamados a la violencia provenientes de cualquier sector político y asegure la protección de los aspirantes a la presidencia.

Los analistas también sugieren que los líderes de la izquierda deberán cambiar su discurso hacia una verdadera paz y calma en el discurso. El reto es complejo pues hubo representantes de esa corriente política, como el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien por medio de un vídeo manifestó que la muerte del senador habría sido una estrategia para desestabilizar al país y hacer un golpe de Estado al presidente Petro.

Lo mismo sucede con otro de los precandidatos presideciales, Gustavo Bolívar, quien aseguró en sus redes sociales en junio de este año que el atentado contra Miguel Uribe Turbay había sido ejecutado como una estrategia para desestabilizar al Gobierno.