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Minas & Energía
El sector eléctrico colombiano cada vez más sólido
viernes, 17 de noviembre de 2017
Los avances del proyecto Itüango son muy buenos. Gracias a esta hidroeléctrica Colombia tendrá 2.400 MW de energía adicionales.
Javier Lastra Fuscaldo
En las crisis, por lo general, es cuando salen a relucir las carencias. Algunas veces éstas ya se han detectado pero, por cualquier circunstancia, su solución se aplaza hasta que la situación obliga a superarlas. Pero quedan lecciones aprendidas que preparan a las instituciones para afrontar futuras calamidades y de esta manera es como se fortalecen los sectores.
El fenómeno de El Niño del 2015 y 2016 es un claro ejemplo, ya Colombia había vivido la crisis energética del año en1992 y otras en menor escala como la del 2009. El último “Niño” puso a discutir al país entero sobre la idoneidad del cargo por confiabilidad y el precio de escasez en medio de la crisis. Las medidas de racionamiento estuvieron al límite de ser aplicadas por la administradora del sistema, no obstante y esto es lo que vale la pena resaltar, toda la institucionalidad se volcó a superar los obstáculos y al final, aunque con secuelas económicas tanto para algunos agentes como usuarios, se pudo salir adelante. También hay que decir que en ese episodio, no todos perdieron.
Aún no se conocen los resultados de las investigaciones que en su momento iniciaron los entes de control sobre el uso del cargo por confiabilidad, pero bastaría con inspeccionar la infraestructura instalada por los generadores térmicos para concluir que ahí están las inversiones.
Por su parte, si bien desde mucho antes algunos expertos lo advertían, se evidenció que la estructura del cálculo del precio de escasez como tope de tarifa que pagan los usuarios, debía surtir ajustes sobre la base de que su variación estaba supeditada a un combustible derivado del petróleo, Fuel Oil No. 6, en el que su precio fue cayendo, afectando así la remuneración de las térmicas. Ante esa realidad, la entidad reguladora reaccionó y tanto en la crisis como después de ella el precio de escasez fue incrementado.
En la época de mayor intensidad de “El Niño” pasó lo que muy pocos preveían, fallas técnicas le impidieron a Termoflores y Guatapé entrar al mérito del despacho de energía. Pero aún con estos siniestros hubo oferta de respaldo por parte de las térmicas apoyada con la medida de control que la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios ejerció sobre Termocandelaria, generadora que se declaró indisponible por no poder garantizar energía firme en razón a sus elevados costos de producción porque, por la falta de gas en el país tenía que operar, en su condición técnica de ciclo abierto, con combustible líquido.
Estos antecedentes históricos muestran como el sector eléctrico en Colombia si bien tiene escollos que superar y retos en materia de inversiones para garantizar la interconexión nacional así como la implementación y regulación de energías renovables, ha demostrado su madurez al momento de enfrentar sus problemas.
El panorama eléctrico desde el punto de vista de generación es el mejor en el país. Los avances del proyecto Itüango son muy buenos. Gracias a esta hidroeléctrica Colombia tendrá 2.400 MW de energía adicionales. Paralelamente se están construyendo nuevas plantas de generación en otras regiones y además se empiezan a poner en marcha parques de energía solar.
De ahí se fundamenta el optimismo para superar la crisis energética en la Costa Caribe que significa el 24% de la demanda de energía nacional y el bienestar y desarrollo económico de 10 millones de personas.