Minas y energía marzo 2019

A proteger la evolución del sector eléctrico colombiano

Ángela Montoya

El sector eléctrico colombiano está en pleno momento de evolución. Nos hemos consolidados como uno de los sistemas más confiables y sostenibles del mundo, y una de las matrices energéticas más limpias, sin un solo día de racionamiento en más de 26 años. Esta ha sido la base desde la cual se han impulsado iniciativas trascendentales para construir sobre lo construido y avanzar con fortaleza hacia una nueva era. Pero, al mismo tiempo, aparecen en el horizonte presiones que es importante revisar con detenimiento para no ceder al riesgo de perder el camino.

En este sentido, se debe resaltar el arduo trabajo realizado por el Gobierno Nacional, especialmente el Ministerio de Minas y Energía, la Unidad de Planeación Minero Energética y la Comisión de Regulación de Energía y Gas, para incorporar las Fuentes de Energías Renovables No Convencionales - Fncer al Sistema Interconectado Nacional, con el fin de robustecer la matriz energética, aprovechando el atributo principal de estas tecnologías: costos variables bajos a largo plazo.

En este sentido, la Subasta del Cargo por Confiabilidad evidencia que este sigue siendo un mecanismo de expansión efectivo para garantizar el suministro de energía eléctrica en el largo plazo, bajo los principios de libre competencia entre tecnologías y formación eficiente de los precios. Los resultados de la Subasta, demostraron la competitividad de las Fncer, dado que en un escenario de competencia y sin beneficios adicionales a los tributarios lograron representar cerca de 57% de la capacidad instalada de las nuevas plantas de generación asignadas.

Así mismo, la Subasta de Contratación a Largo Plazo, no solo demostró el compromiso del Ministerio por diseñar un mecanismo complementario al Cargo por Confiabilidad que asegura el traslado eficiente del precio, sino el gran interés de inversionistas por ingresar o expandirse en el mercado energético colombiano.

Si bien es imprescindible reconocer los esfuerzos del Gobierno por buscar una solución estructural a la condición de operación actual del mercado eléctrico de la Costa Atlántica, es importante tener en cuenta que todos los mercados tienen reglas de juego, y el mercado eléctrico no es la excepción. Estas reglas han sido claves para proteger este desarrollo y nos ha permitido consolidarnos en privilegiadas posiciones en temas de confiabilidad y sostenibilidad. Es vital que las propuestas que se diseñen no generen nuevas fisuras que generen inestabilidad en lo que hoy funciona bien.

Los límites regulatorios actuales de participación en el mercado, de 25%, no solo evitan la concentración, sino que fomentan la competencia e impiden que un solo operador tenga la potestad para fijar los precios y afectar a los consumidores finales. En este contexto, la flexibilización de estos debe ser resultado de análisis técnico y de impacto regulatorio, en el marco de las buenas prácticas recomendadas por la Ocde. Estos análisis, deben analizar los riesgos de una mayor concentración, principalmente cuando en el mundo hay inversionistas ávidos de participar en mercados que como el colombiano, han demostrado estabilidad de las reglas de juego.

El sector eléctrico le ha cumplido al país, con el convencimiento de que es vital para impulsar su competitividad, su productividad y desarrollo. Hay que defender el mercado para proyectarlo hacia nuevos horizontes, y esta es una actitud que requiere de la consciencia y el compromiso de todos.

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