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¿Qué camino tomarán los mercados de criptomonedas a lo largo del próximo año?

El movimiento de las tasas de interés y la posible caída de más exchange como FTX serían determinantes para un invierno más largo

Iván Cajamarca

Hace un año, el mercado cripto vivía el rally más grande y prolongado desde que su principal moneda, el bitcoin, fue creada. Este activo digital llegó a costar US$64.335 tras repuntar más de 803,7% en solo dos años y 30.979% desde su mínimo histórico. Sin embargo, desde que tocó techo empezó a descender hasta acumular una caída de 73,75%. Pese a que se decía que la descentralización de las criptomonedas las convertía en un activo refugio alejado de los vaivenes macroeconómicos, terminaron sucumbiendo a la incertidumbre generalizada desde la pandemia. ¿Qué pasará con este mercado el próximo año?

Por ahora, la idea de que el bitcoin llegue a los US$500.000 en cinco años ha sido abandonada, y con ella el buen momento de otras monedas como el ethereum, tether, BNB o dogecoin. Analistas, inversionistas y hasta los CEO de las plataformas que facilitan la negociación de estos valores ven un panorama sombrío para los siguientes 12 meses, al menos mientras la economía vuelve a un periodo de relativa normalidad. Como se afronte la llegada de una eventual recesión en Estados Unidos y Europa será determinante para el rumbo de lo que, según se ha dicho, es el futuro de las transacciones monetarias a nivel global.

Si bien factores como la adopción de las criptomonedas en ciertos países e industrias, los intentos de regulación por parte de algunos gobiernos y la movilización de los llamados “mineros” fueron importantes este año para que dicho mercado tomara el rumbo que hoy se evidencia, son tres las variables que más han pesado y que serán determinantes para 2023: las tasas de interés de la Reserva Federal, la posible caída de más exchange como FTX y los efectos económicos sobre las compañías tecnológicas.

En el primer caso, la Fed incrementó 425 puntos básicos las tasas de interés este año con el único objetivo de atajar una inflación cada vez más dura de contrarrestar tras varios meses de incentivos económicos y créditos baratos para aliviar el impacto del covid-19. La cifra de referencia se encuentra en máximos históricos que no se veían desde diciembre de 2007 (4,50%) y, según el presidente de la entidad, Jerome Powell, el fin de esta postura no está cerca, por lo que se esperan nuevos incrementos durante gran parte de 2023.

“Si las autoridades monetarias estadounidenses siguen restringiendo el acceso a la financiación, a menos que se implemente el control de la curva de rendimiento para mantener sobre una pendiente positiva, el sistema criptográfico verá muchas más fallas de las que ha presentado hasta el momento. Al final surgirán algunos campeones muy ricos, pero mientras tanto habrá “sangre” en las calles”, aseguró Brian Pellegrini, fundador de Intertemporal Economics.

En el segundo contexto el panorama es más sombrío. El funcionamiento del sistema descentralizado de negociación de criptomonedas está en riesgo y podría dejar daños irreparables si no consigue levantar cabeza y reestablecer la confianza entre quienes han decidido apostarle a este tipo de activos.

La crisis que hoy atraviesan los exchange es el fruto de una premonición que inició el quinto mes del año, cuando la décimo cuarta criptomoneda más grande de ese momento, Terra (Luna), se desplomó abruptamente hasta valer US$0 en cuestión de horas. Al final dejó de existir en el mercado y a cientos de inversionistas en la bancarrota.

La historia se repitió a gran escala hace un par de meses. Al inicio, los inversionistas se mantenían a la expectativa por la compra de FTX por parte de Binance, dos de las plataformas más grandes de negociación de cripto. Sin embargo, un día después del anuncio, Binance desistió de la transacción alegando irregularidades en las finanzas de la compañía. FTX se declaró en quiebra y acudió a las autoridades para iniciar el respectivo proceso con el fin de salvar la empresa de una deuda de más de US$8.000 millones. Su fundador, Sam Bankman-Fried, renunció y huyó del país. Ahora enfrentará cargos por fraude en Nueva York.

Lo preocupante del asunto es que este hecho impulsó grandes descensos en los mercados, la salida de millones de dólares de las criptomonedas y minó la apuesta de muchos en estas monedas. Este panorama podría agravarse el otro año debido a que Binance, que abarca al menos 60% del mercado de transacciones de este tipo, ha empezado a ver con preocupación retiros masivos de capital. Su fundador, Changpeng Zhao, ha asegurado que “no hacen un mal uso de los fondos de los usuarios” y que su plataforma puede procesar la cantidad de retiros que sean necesarios.

“Esto va a ser clave el otro año. Los riesgos de que haya una caída de otro exchange poderoso podría determinar el camino de la industria. Hasta el momento, Binance ha dicho que sus finanzas están muy bien; no obstante, hay fuertes rumores de auditorías que señalan posibles irregularidades dentro de la compañía. Una caída de este tamaño va a tumbar más proyectos de tamaño grande y mediano”, aseguró Jhon Torres Jiménez, economista y especialista en el mercado cripto. Al final, la inestabilidad en los sistemas acabaría debilitando un mercado que ha generado muchas dudas por los altos riegos que representa.

Por su parte, la relación entre los exchange y el sector tecnológico estadounidense se ha vuelto, naturalmente, cada vez más estrecha, por lo que el tercer hecho que será determinante es el rumbo que tomará Wall Street y, especialmente, la cotización de los emisores del Nasdaq en los mercados financieros, los cuales se han visto particularmente golpeados. “Nos dirigimos a una recesión, pero será una historia de dos mitades el próximo año, una en la que probablemente se vea una mejora en el mercado de valores en la segunda mitad”, dijo Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de Cfra.

Para Luca Paolini, estratega jefe de Pictet Asset Management, unas condiciones financieras más estrictas están a punto de cambiar el enfoque de los inversionistas. La perspectiva es bajista con respecto a las acciones estadounidenses durante los próximos tres a seis meses. Sin embargo, está observando tres factores clave que podrían poner fin al mercado bajista.

En el listado figura un punto mínimo en las estimaciones de ganancias corporativas, sumado a una curva de rendimiento de bonos más pronunciada y valores más baratos en los títulos más sensibles a los ciclos de la economía local y global.

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