Moda

Jóvenes empiezan a adoptar la estética y moda de los años 2000 en el mundo laboral

Vogue México

La forma de vestir, de años anteriores, salió de las redes sociales y llegó a las oficinas, impulsada por las nuevas generaciones y la flexibilización

Santiago Rodríguez Morales

En una oficina ya no es raro ver bermudas amplias, jeans de tiro bajo reinterpretados, tenis deportivos con medias altas y camisetas oversize combinadas con chaquetas formales. Para algunos jefes es desconcierto; para otros, una señal clara de que el mundo laboral cambió. La estética de los años 2000, conocida como Y2K, dejó de ser solo una tendencia de redes sociales y empezó a colarse en los espacios de trabajo.

La explicación va más allá de la moda. Tiene que ver con quiénes son hoy los trabajadores más jóvenes y cómo entienden su identidad profesional. Los mayores de la generación Z ya rondan los 28 años y están ocupando cargos que exigen mayor responsabilidad, sin renunciar del todo a la forma en la que se vestían cuando eran estudiantes. El resultado es una mezcla: códigos laborales tradicionales con guiños claros a una década marcada por la cultura pop, el exceso y la experimentación.

Para Diana Lunareja, consultora en comunicación y marketing de moda, el fenómeno no debe leerse como una provocación consciente frente al mundo corporativo. “Creo que es importante entender que la moda de la década del 2000 ha tenido un resurgimiento reciente como tendencia para la generación Z a nivel general. Es decir, la adopción de prendas con siluetas y colores de este periodo no necesariamente es para una proyección profesional, sino como parte de la expresión de moda de la época. En ese sentido, es posible que muchos usuarios que lleven estos estilos para trabajar no estén buscando comunicar un mensaje específico asociado a la época, y sencillamente están adaptando lo que el mercado les ofrece para una faceta más de la vida”.

A diferencia de las generaciones anteriores, las cuales vestirse para el trabajo implicaba proyectar autoridad, elegancia y respeto institucional bajo reglas estrictas, los más jóvenes tienen una relación menos estructurada con esa identidad.

La identidad...

“Más que una decisión consciente de dar un mensaje frente a la vestimenta laboral, sencillamente hay una relación menos estructurada con esa identidad profesional que era propia de las generaciones previas”, explicó Lunareja.

Los millennials fueron la primera generación en incorporar masivamente el trabajo remoto, los horarios flexibles y el espíritu emprendedor, lo que relajó los códigos de vestimenta. Pero la pandemia aceleró todo. Durante meses, el trabajo se hizo desde casa, en ropa cómoda, y las marcas respondieron diseñando prendas que servían tanto para dormir como para conectarse a una reunión virtual. “¿Cómo no íbamos a salir de esa vivencia con actitudes más frescas ante la moda profesional?”, se pregunta la experta.

En ese contexto, la generación Z llega al mundo laboral con otra lógica. Su validación no pasa tanto por verse “correctos” ante personas mayores, sino por ser reconocidos como quienes tienen la mirada más actual y conectada con el presente.

“Esta generación nueva asumiendo el trabajo a su modo está entonces expresando su frescura, su relación con las tendencias, de una forma que refleja que su impacto como profesionales no está en recibir la validación estética de personas mayores sino, en cambio, de ser reconocidos como las personas con la visión más joven y más conectada con el hoy”, afirmó Lunareja.

Las redes sociales cumplen un papel clave en esa construcción. TikTok y Pinterest funcionan como catálogos de inspiración donde se muestra una versión idealizada de la vida laboral. “La forma en que estas tendencias ganan fuerza es a través de las redes sociales, especialmente entornos como TikTok y Pinterest, donde los jóvenes profesionales encuentran referentes claros de cómo crear el look perfecto. Algo que creo que es importante señalar es que el contenido en estos canales suele ser una versión idealizada, romántica, e incluso fantasiosa de cómo se ve una persona en una oficina”.

Moda de segunda mano

La nostalgia también empuja esta tendencia. Los referentes de los años 2000 que circulan hoy están filtrados por el glamour de las alfombras rojas, las celebridades y las series icónicas. A esto se suma el auge de la moda de segunda mano. “La moda de segunda mano es un actor interesante en el regreso de estas tendencias. En el mercado de segunda global, encuentras personas vendiendo prendas icónicas de los años 2000 a altos precios, desde jeans descaderados a sudaderas con brillantes y efecto de terciopelo, o camisetas en animal print neón. Para las plataformas dedicadas a ese negocio, es clave crear esa narrativa de nostalgia para mover estos productos y elevar su valor percibido”.

Sin embargo, como toda moda, el Y2K ya empieza a mostrar señales de agotamiento. “Creo que la tendencia de los 2000 ya está evolucionando, pues la moda es cíclica y cada vez se acelera más su paso de una tendencia a otra. Muchos jóvenes ya están abandonando el Y2K por la narrativa Hipster de los 2010, fascinados con el estilo de vida del millennial joven en esa época”, agregó. La saturación empuja a buscar nuevas historias, porque ese es, al final, el motor del negocio de la moda. La pandemia dejó una enseñanza que todavía se está procesando en muchas empresas: la forma de vestir no define por sí sola. La entrada de bermudas, tenis y prendas más relajadas a la oficina no es solo una cuestión estética, sino el reflejo de nuevas dinámicas laborales y de generaciones que entienden el trabajo desde otros códigos. Por eso, la discusión ya no pasa por si los años 2000 regresaron al clóset corporativo, sino por si las organizaciones están dispuestas a reconocer que el mundo laboral cambió y que ciertas normas ahora son negociables.

LOS CONTRASTES

  • Diana LunarejaConsultora en marketing de moda

    “El pantalón “oficinero” gris, con bota recta, a veces incluso en tela raya tiza, es una prenda interesante en ese cruce del look profesional y la moda de los años 2000”

  • Juan Fernando GarridoDirector en Diseño de Moda U. Nebrija

    “La industria se centrará en tejidos ricos, estéticas sartoriales y en looks pensados en transmitir seguridad en medio de un contexto social que está en constante cambio”

Los baggy jeans, nuevamente en tendencia

Los baggy jeans son la prenda que más fuerza ha tomado en los últimos años. Durante los 2000 solían usarse bastante, principalmente por su comodidad, además de resaltar el abdomen y la cadera. En la actualidad, muchos han optado por usarlos debido a su versatilidad con diferentes prendas. “Estamos viendo el tiro bajo y unas propuestas en donde los laterales de la cadera quedan expuestos; eso significa que en estos momentos hay unos nuevos puntos focales”, aseguró Diana Lunareja, consultora en comunicación y marketing de moda.

Cuero y siluetas relajadas: la moda del Y2K urbano en oficinas

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Este tipo de combinación conecta con una tendencia actual que privilegia el contraste: prendas ajustadas con otras amplias, piezas formales con elementos casuales. La chaqueta de cuero oversize y el top corto reflejan una actitud despreocupada frente a las normas tradicionales del vestir, mientras la falda larga y los tacones aportan equilibrio y sofisticación. Es un look versátil, fácil de adaptar al día a día, que encaja con una generación que busca comodidad sin renunciar al estilo ni a la identidad personal de cada uno.

Denim amplio y actitud urbana que define a una nueva generación

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Este tipo de vestuario conecta con una tendencia actual que prioriza comodidad, practicidad y una imagen natural, sin exceso de formalidad. Los jeans anchos, los tops ajustados y los accesorios pequeños permiten moverse con facilidad en la ciudad y responden a una generación que busca verse auténtica más que “producida”. Además, es un estilo fácil de replicar y adaptar al día a día, algo clave en un contexto donde la moda se consume y se valida rápidamente a través de redes sociales; que son esenciales en la juventud.

Cuando el street style cruza la puerta de la oficina y el espacio tradicional

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Este tipo de vestuario conecta con una tendencia actual que valora la individualidad y el exceso controlado. Las prendas amplias, los estampados visibles y los accesorios contundentes funcionan como una declaración personal en el espacio público. Además, responde a una generación que no busca neutralidad ni discreción, sino diferenciarse a través del vestir. El auge del street style, impulsado por redes sociales y semanas de la moda, ha convertido estos looks en referentes aspiracionales, donde la mezcla de colores y volúmenes es clave.

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