Hacienda

El efecto de la dolarización ‘de facto’ de la economía venezolana sobre Colombia

Según expertos, el uso de la moneda estadounidense en el país vecino, cambia las dinámicas comerciales, sobre todo en la frontera

Carolina Salazar Sierra

Después de rechazar la moneda estadounidense por varios años, desde 2018 el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha relajado su postura frente al dólar, permitiendo que la divisa se utilice como medio de intercambio. Mientras tanto, el bolívar, la moneda nacional, perdía cada vez más valor, con reconversiones que llegaban cada cierto tiempo: la más reciente quitándole seis ceros.

Hoy muchos consideran al país vecino como una economía con una dolarización ‘de facto’, donde los ciudadanos le han apostado al ahorro y a los depósitos en dólares como mecanismo de resguardo de valor. Además, están las remesas que llegan año a año de sus trabajadores en el exterior y, ni qué decir, de las divisas que se mueven a través de aplicaciones y en la economía informal.

Para los expertos, el hecho de que la economía venezolana tenga una dolarización ‘de facto’ cambia las dinámicas comerciales con Colombia, especialmente en las zonas fronterizas.

“Si bien el peso colombiano en los últimos años viene siendo la divisa a través de la cual se realizan mayoritariamente los intercambios de bienes y servicios (dada su fortaleza frente al bolívar y los movimientos mucho más controlados de nuestra moneda), con el proceso de dolarización en el país vecino, el peso pierde terreno y los comerciantes tienden a preferir el dólar, una moneda que es fuerte por naturaleza a nivel global”, explicó David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza.

El experto resaltó que con la reciente y marcada depreciación del peso en las últimas semanas, es probable que esta preferencia por el dólar se acentúe y que las transacciones se realicen cada vez en más en dicha divisa en los próximos meses, “pues los agentes fronterizos preferirán evitar el riesgo cambiario”.

Colombia, al ser uno de los países con mayor frontera terrestre con Venezuela, se convirtió en uno de los principales receptores de migrantes. De acuerdo con cifras del Dane, con corte a febrero de 2022, en el país hay cerca de 2,2 millones de migrantes y 24,2% los ha recibido la capital.

Dicho fenómeno repercute en las cifras de remesas hacia ese país. Según el último informe del Banco de la República, desde Colombia se enviaron US$2,91 millones hacia Venezuela, cifra que ya supera el máximo histórico que se logró en todo el año pasado: US$2,65 millones.

LOS CONTRASTES

  • Ronal RodríguezVocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario

    “Tenemos un montón de actividades que están condenadas a la ilegalidad por la falta de comunicación entre gobiernos. Hay negocios que están surgiendo, como el cambio de divisas”.

Juan Nicolás Garzón, profesor facultad de derecho y ciencias políticas de la Universidad de La Sabana, explicó que en vista de que los ciudadanos que llegaron a Colombia provenientes de esta nación han optado por la permanencia, cada vez más se han integrado al mercado laboral. Sin embargo, en vista de que algunos tienen una parte de su familia allí, la opción es enviar divisas.

Por otro lado está el comercio. Si bien desde 2008 disminuyó ese apogeo comercial entre ambos países, el Presidente electo, Gustavo Petro, aseguró que ya tuvo un primer acercamiento al gobierno venezolano para restablecer los lazos diplomáticos y reabrir las fronteras.

El comercio bilateral podría verse fortalecido con un consenso entre los mandatarios sobre una reapertura total de la frontera: con los años ha habido un intercambio comercial más lánguido y para el cierre de 2021, las exportaciones totalizaron US$331 millones, mientras que a mayo de este año, suman US$224 millones.

“Todo apunta a que con una reapertura comercial los flujos aumentarían, pero no se alcanzarán los niveles que vimos en 2008. Habrá una recuperación gradual, dado que, como Venezuela cerró su vínculo comercial con Colombia, ahora tendrá otros socios. El país entraría a competir por cuota de mercado”, explicó Gustavo Acero, analista económico del Banco de Bogotá.

Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, resaltó que hay distorsiones en cuanto a los dólares que se mueven, dada la economía informal. “Tenemos un montón de actividades que están condenadas a la ilegalidad por la falta de comunicación de gobiernos. Hay negocios que están surgiendo, como el cambio de divisas, y las distorsiones en zonas de frontera no nos dejan ver qué está pasando. No sabemos cuántos dólares son para acá”.

Cifras de comercio distorsionadas

Si bien hay cifras de comercio entre ambos países así como de remesas, uno de los puntos sobre los que analistas hacen claridad es que en realidad hay muchas sombras sobre la relación comercial real actual. Rodríguez asevera que mucho del comercio que hay en Cúcuta y otras zonas de frontera, que se toma como consumo interno es, de hecho, internacional, en vista de que después va para el vecino país. Esto genera sombras en el seguimiento del comercio real, pero además afecta las arcas del Estado vía ingresos aduaneros que dejan de recibirse.

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