La renovación de la hotelería de lujo en Barú
sábado, 30 de agosto de 2025
Desde hace cuatro años el Sofitel Barú Calablanca elevó el turismo en la zona a uno de lujo, renovando la oferta turística de un destino naturalmente privilegiado
Sobre un territorio de 7.650 hectáreas y 35 km de longitud se levanta sobre el Caribe la isla continental más grande de Colombia, Barú, un destino que se destaca por playas blancas y aguas cristalinas, toda la fuerza del Caribe en su esplendor.
Características que le han valido para convertirse en un destino de lujo privilegiado por su riqueza natural y cultural, además de incentivar la llegada de proyectos que combinan lo mejor del lujo natural con el lujo hotelero, como el Sofitel Barú Calablanca, una propuesta que desde su arquitectura, gastronomía y servicios, eleva los atributos de la isla al combinarlos con lujo y distinción, pero sobretodo, generando un punto ciego para los afanes del día a día y la rutina, ofreciendo el verdadero significado del descanso y la desconexión, lo más anhelado en unas vacaciones.
El hotel lleva cuatro años en la península, tiempo suficiente para posicionarse en listas internacionales como uno de los mejores resorts de lujo del Caribe, e incluso ubicarse en listas como uno de los líderes de América Latina.
A solo un año de su apertura el hotel ya se encontraba en la Hot List 2022 de los mejores nuevos hoteles de América Central y del Sur, realizada por Condé Nast Traveler, resaltando su arquitectura y la consolidación de un centro de bienestar de lujo en el caribe colombiano.
La expansión de la cadena francesa de hoteles Sofitel a la isla trajo una renovación del turismo para la región, pero sobre todo para la península de casi 20.000 habitantes donde proyectos de esta envergadura la han logrado elevar a un nivel mundial, un reconocimiento muy merecido por los atributos naturales y culturales de su territorio, que cada vez más se convierte en un destino de lujo.
En 2024 los viajeros de TripAdvidor ya lo habían elegido como uno de los 10 mejores hoteles del continente, siendo el único hotel colombiano que obtuvo esta distinción, una que alcanzan solo 1% de los ocho millones de perfiles.
Su ubicación a una hora por carretera desde el centro de Cartagena, o a 25 minutos por el mar caribe, da a los viajeros un ambiente óptimo para la desconexión. Por unos días sus visitantes podrán encontrar en el recinto todo lo que necesitan, como si de un viaje en crucero se tratara, gastronomía de altura, actividades dentro del hotel, experiencias náuticas en el mar o un espacio asegurado bajo el sol del Caribe.
El desarrollo desde su experiencia de cocina
En el complejo, además de las comodidades que están en el ADN de Sofitel en el mundo, hay un punto en particular que destaca y es la cocina. El Calablanca tiene uno de los más completos equipos de cocina que permiten ofrecer desayunos de primera, dos espacios cerca a la playa, pero quizás su mejor expresión de alta cocina está en Humo, un restaurante que brilla por esa conexión entre tradición asiática con ingredientes colombianos. El desarrollo del hotel se refleja con el nuevo nivel del lugar, la batuta de los chefs se nota en la mesa.