HACIENDA

El sucesor de Juan Manuel Santos recibirá una economía en recuperación

Exportaciones, vías 4g y menor inflación serán clave en el repunte

Noelia Cigüenza Riaño

El año pasado, la economía colombiana experimentó uno de sus periodos más difíciles desde hace ocho años: la actividad local creció un agridulce 1,8% arrastrada por las caídas de la explotación de minas (-3,6%), la manufactura (-1,0%), la construcción (-0,7%) y el transporte (-0,1%) en un año marcado por el impacto de la Reforma Tributaria de 2016; el ajuste de la inflación, y la lenta recuperación de los precios del petróleo.

No obstante, tanto analistas como entidades financieras y organismos internacionales consideran que el nuevo presidente recibiría una economía que tocó fondo y se recuperaría en 2018, con una aceleración estimada en su PIB que va desde 2,3% (Anif) hasta 2,7% (Banco de la República) y 3% en los mejores casos (Fondo Monetario Internacional), pronóstico que ya se pudo entrever con el repunte de 2,8% del primer trimestre.

Las razones de estas proyecciones más optimistas se sustentan en el crecimiento sostenido de los precios del petróleo en los últimos meses, con una referencia Brent que ya se cotiza por encima de US$76 por barril. Esta ‘mini bonanza’ petrolera ayudaría a ajustar las cuentas del nuevo integrante de la Casa de Nariño.

Adicional al crudo, la mejor cara del entorno global también impulsaría las exportaciones locales (en 2017 ya repuntaron 19%) e, internamente, el avance de las obras de las concesiones viales de cuarta generación (4G) y el acuerdo de paz contribuirían a jalonar la inversión.

A ello, se suma que el presidente Juan Manuel Santos deja una tasa de desempleo controlada debajo de 10%, una inflación dentro del rango meta (3,13%), acompañada de unas tasas de interés de intervención a la baja en 4,25% y un Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que después de 27 meses de balances negativos volvió en abril a tener signos positivos (1,5%), lo que reactivaría el gasto de los hogares.

Además, será recordado por cristalizar el ingreso de Colombia como miembro 37 al ‘club de las buenas prácticas’, es decir, a la Ocde.

No obstante, también son muchos los retos que tendrá que hacer frente el próximo mandatario para garantizar la estabilidad económica del país. Algunos de los más urgentes son la puesta en marcha de una reforma pensional que desactive la bomba de tiempo social; la revisión de otra reforma tributaria, más estructural; el manejo del déficit fiscal; y ganar en competitividad.

Asimismo, debería abordar de manera prioritaria puntos como el de la crisis de la salud; la alta informalidad del mercado laboral (48,2%); el acceso a la educación universal; el gasto en subsidios; la reconciliación nacional o la pobreza monetaria en la que viven unas 13 millones de personas en la actualidad (26,9% de la población).


La economía volvió a crecer a niveles de hace ocho años

En los últimos 17 años, la actividad económica local ha crecido por debajo de 2% solo en tres ocasiones: en 2001 se expandió un tímido 1,7% en plena recesión internacional; en 2009 se apuntó otro 1,7% tras los coletazos de la crisis financiera global; y en 2017 bajo la batuta de Santos creció un modesto 1,8% en un año marcado por el impacto de la Tributaria de 2016.

De ser un país jalonado por el petróleo a la llegada del mandatario al poder, Colombia pasó a depender de ramas como la construcción o la banca en sus siguientes años de gobierno, para finalizar su último año de mandato con el agro como su principal motor. Si bien la economía llegó a crecer 6,6% en el primer periodo del dirigente (2011), en su segunda oportunidad vio caer el PIB de manera paulatina año a año desde el dato de 4,4% de 2014.

La inflación registró el dato más alto desde octubre de 2000
Desde 2015, el Fenómeno de El Niño sumado a la devaluación del peso y a diversos paros camioneros contribuyeron a que las tasas de inflación anualizada del país se movieran en niveles de 6%, 7% y 8%, y fue el dato a doce meses de julio de 2016 (8,97%) el más alto registrado desde octubre de 2000.

Este encarecimiento continuado de los precios obligó al Banco de la República a elevar su tasa de interés de intervención hasta 7,75% en agosto de ese mismo año.

LOS CONTRASTES

  • Roberto JunguitoExministro de Hacienda y Crédito Público

    “El próximo mandatario que llegue a la Presidencia tiene pendientes reformas estructurales como la pensional”.

Sin embargo, en su objetivo de establecer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) dentro del rango meta de entre 2% y 4%, el Emisor decidió iniciar un ciclo expansionista en diciembre de 2016 que le llevó a reducir 350 puntos básicos los tipos de interés hasta 4,25% y a lograr mantener la inflación bajo control por debajo de 3% desde este año.

La tasa anual de desempleo se mantuvo por debajo de 10%
Excepto en su primer año de gobierno (11,8%), Santos logró mantener una tasa anual de desempleo por debajo de 10%. En 2011 y 2012 registró un promedio de 10,8% y 10,4%, respectivamente; en 2013 bajó a 9,6%; en 2014 obtuvo 9,1%; en 2015 llegó a su nivel más bajo con 8,9%; en 2016 subió a 9,2%; y el año pasado registró la cifra de 9,4%. La misma tendencia positiva registró la tasa de participación al pasar de 62,7% en 2010 a 64,4% en 2017.

Respecto a la población ocupada informal, no se vio gran variación, pues esta pasó de 51,8% en 2012 (desde cuando el Dane tiene registros) a 48,2% en 2017. Además, a lo largo de estos ocho años el salario mínimo saltó de $515.000, en su primer año al mando, a $781.242 el año pasado.

En total, el presidente ha repetido en varias ocasiones que ha creado unos 3,5 millones de empleos.

Caída en el comercio y en la confianza del consumidor
Los resultados de la rama del comercio, reparación, restaurantes y hoteles fueron unos de los que más bajaron su crecimiento del PIB a medida que pasaron los años de administración de Santos. De crecer a un ritmo de 5,2% en 2010 y 6,7% en 2011, pasaron a expandirse a tan solo 1,8% en 2016 y 1,2% en 2017, cuando se registró la cifra más baja.

En concreto, las ventas reales del subsector del comercio minorista (que representa más de 60% del total) empezaron a estar en terreno negativo desde 2016 según la Encuesta Mensual de Comercio al por Menor (Emcm) que elabora el Dane.

Por su parte, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de Fedesarrollo pasó de moverse en niveles de 20% y 30% a empezar a decrecer en 2015 y pasarse a números rojos en 2016 por más de dos años y medio.

La ‘mini bonanza’ petrolera, empujón para el nuevo gobierno
Un Brent por encima de US$100 el barril que ayudaba a llenar las arcas públicas y un peso en niveles de $1.800 recibieron al mandatario en la Casa de Nariño.

Sin embargo, la época de las vacas gordas empezó a disiparse a partir de 2014 cuando los precios internacionales del petróleo se desplomaron hasta tocar fondo de US$26 a la par de que la moneda local se fue fortaleciendo y llegó a cotizarse por primera vez a $3.000 a finales de 2015. Ese fue el momento en el que no solo tocó apretarse el cinturón sino también diversificar la locomotora.

Más adelante, en el último tramo del año pasado los precios globales del crudo empezaron a recuperarse y tocar de nuevo los US$70, lo que creó esta ‘mini bonanza’ petrolera que tendría dos grandes beneficiados directos: el próximo gobierno y la estatal Ecopetrol.

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