Hacienda

“Nuestra estructura tributaria es un desastre”

Quienes conocen de cerca a Alberto Carrasquilla no dudan en calificarlo como un economista ortodoxo de tiempo completo

LR

A Alberto Carrasquilla Barrera (1959) le tocó remplazar a Roberto Junguito Bonnet en la cartera de Hacienda durante el primer gobierno de Álvaro Uribe, tiempos en los que el exmandatario gozaba de popularidades superiores a 70% de aprobación de su gestión. Fue una época de reformas, de muchas necesidades y de la política de la seguridad labrada desde lo económico.

Ocupó la cartera de Hacienda entre el 20 de junio de 2003 y el 7 de marzo de 2007, fecha en la cual retomó sus actividades particulares en la banca de inversión, en las juntas directivas y en el análisis de la economía regional. Quienes lo conocen de cerca no dudan en calificarlo como un economista ortodoxo de tiempo completo, que detesta la mediocridad de los funcionarios públicos y aborrece la corrupción con el erario público.

¿Cómo ve la economía para el segundo semestre?
Estamos montados en un barco, nos está pasando algo muy similar a lo que le está pasando a muchos países emergentes. Se nos está reduciendo el ritmo de actividad económica de una manera moderada, no drástica, pero tampoco suave. Esa es la característica que vamos a tener en el segundo semestre probablemente. Entrando el año nuevo pasará exactamente lo mismo y es un crecimiento de 2% o 3%, y una cosa así durante los siguientes trimestres.

No es muy optimista…
Soy realista. No veo fuentes internas colombianas como para que repunte más.

¿Invita al Gobierno a gastar más?
Creo que las medidas de corto plazo de gasto, tipo keynesiano y cosas de ese estilo, no se deben descartar del todo. Pero no se puede pensar que porque me dan ganas de gastar y consigo unos préstamos, me gasto esa plata y que eso no va a tener efectos a más largo plazo. Pensaría que es mucho mejor pensar en el largo plazo y hacer reformas estructurales que ayuden a recuperar la tasa de crecimiento.

¿Cuál es la reforma económica más necesaria en estos momentos?
La laboral. Colombia es un país extremadamente informal gracias a las características de nuestro mercado. La informalidad presiona a la baja el crecimiento. Son actividades de muy baja productividad, generan discrepancias muy grandes en términos de la distribución del ingreso. Son actividades que en la inmensa mayoría de los casos no tienen futuro. En segundo lugar, creo que la estructura tributaria colombiana es un desastre para el crecimiento de largo plazo. Un estudio reciente de Fedesarrollo nos muestra que las tasas efectivas de renta empresarial superan cómodamente 50% y en algunos casos llegan hasta 60%, incluso más, porcentaje de las utilidades. Una empresa, un empresario que decida apostarle a Colombia y decida meter su capital, ya tiene un socio mayoritario antes de empezar su primer día de trabajo.

¿Qué más reformas estructurales debe hacer el país?
Creo que nuestras instituciones son muy débiles. No solamente se trata de reformas en lo económico, creo que nuestro sistema de salud tiene unas características estupendas, pero hace falta financiación. Nuestro sistema educativo es muy malo, todas las pruebas internacionales así lo demuestran. Tiene que haber unas reformas reales que eleven la calidad sobre todo en el caso del profesorado. Nuestro sistema de justicia también es otro desastre que tiene que ser atacado.

¿No hemos avanzado en las reformas estructurales?
Veo al país con nadadito de perro cruzando un río. No creo que tengamos la fuerza como para tener un crecimiento importante en nuestra productividad y sin esos incrementos importantes en productividad creo que es muy difícil elevar el estándar de vida de la gente.

¿Ese es un mal generalizado en los países de la región?
Veo que hay países que están muy similares a nosotros, pero veo otros países que han empezado sus procesos de reformas estructurales. En el caso de México, por ejemplo, se lanzó un programa de reformas estructurales bien radicales y creo que es un buen ejemplo de que en América Latina sí podemos hacer las reformas necesarias, si no estamos condenados a tasas de productividad de menos del 1%.

¿Puede haber una ‘venezualización’ de Colombia?
Hay probabilidades. No diría que la probabilidad es cero ni tampoco que es 100, pero aquí en Colombia hay muchísima influencia socialista en nuestro ordenamiento constitucional. Y somos un país cuya mentalidad colectiva es que el Estado esté resolviéndole los problemas.

¿Si usted fuera el ministro de Hacienda qué haría?
Probablemente trataría de trabajar en temas de largo plazo. Creo que ese sería el eje fundamental. Eso hacen los ministros de Hacienda, además de conseguir el máximo número de recurso para las infinitas necesidades que tiene un país como este, pero sí le dedicaría mucho esfuerzo a las reformas de largo plazo.

Un Ministro de carácter
El exministro de Hacienda Alberto Carrasquilla Barrera, durante su periodo en la cartera, lideró dos de los procesos más importantes de la historia de las estatales líderes colombianas, la capitalización de Ecopetrol e Isagén. De igual manera, dirigió las privatizaciones de Granahorrar, Bancafé y Megabanco. Antes de llegar a la cabeza del Ministerio fue viceministro, economista principal de investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y decano de la Universidad de los Andes; claustro del cual también obtuvo su grado en economía. Actualmente, es socio y director de Konfigura Capital, empresa que realiza procesos de adquisición y enajenación de activos. En los años en que Carrasquilla vivió en EE.UU., realizó una maestría en economía en la Universidad de Illinois, de donde también obtuvo su doctorado en esta misma materia. Después de su viaje, el bogotano, que publicó en 1999 ‘Estabilidad y Gradualismo’, trabajó como gerente técnico del Banco de la República e investigador asociado de Fedesarrollo.

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