Panaderías de barrio no van a sentir una mayor carga fiscal con la nueva tributaria

Las preocupaciones de los panaderos y de los tenderos de barrio encontraron eco, y la ponencia toma en cuenta medidas para evitar el impacto en los pequeños comerciantes.

Según el texto radicado el lunes ante el Congreso de la República, los impuestos saludables no serán responsabilidad de las empresas que devenguen menos de $380 millones en el año.

Esto significa que si una persona hace helados en su casa y se los vende a sus vecinos, o tiene una panadería o pastelería pequeña en su casa o en un local, lo más probable es que no tenga que dar ni $1 como respuesta a este impuesto.

Sin embargo, los negocios más grandes (que superen los $380 millones al año, ventas por unos $31,6 millones al mes) y las compañías grandes dedicadas a la elaboración y comercialización de estos alimentos sí tendrán que responder tanto por el impuesto a las bebidas azucaradas, como por el de los alimentos ultraprocesados si cumplen alguna de las dos condiciones.

Impuesto a bebidas azucaradas
Tanto en el nuevo articulado como en el que se conoció el 8 de agosto de este año, el grueso del impuesto para las bebidas azucaradas dependerá de su concentración de azúcar por cada 100 mililitros (ml).

Entre 2023 y 2024, las bebidas como gaseosas, yogures, jugos de fruta y maltas que tengan entre seis gramos y 9,9 gramos de azúcar por cada 100 ml, pagarán respectivamente $18 y $28 de más por cada 100 ml.

Los líquidos con una concentración mayor a 10 gramos por cada 100 ml, pagarán $35 en 2023 por cada 100 ml y $55 por la misma cantidad en 2024.

Para 2025, cuando la bebida tenga menos de cinco gramos de azúcar por cada 100 ml, no pagará impuestos. Mientras que cuando la cantidad suba de dicho monto y llegue hasta 8,9 gramos por cada 100 ml, el valor a pagar será de $38 por cada 100 ml.

Por último, cuando la concentración sea mayor a nueve gramos de azúcar por cada 100 ml, el producto pagará $65 por cada 100 ml que tenga.

Impuestos a ultraprocesados
El gravamen al que se enfrentarán los alimentos ultraprocesados, entre los que se encuentran algunos embutidos (no el salchichón, la mortadela y la butifarra), el chocolate, los productos de panadería, pastelería, entre otros, irá de 10% a 20% y se calculará a partir de su precio de venta al público.

La aplicación de este impuesto dependerá de que el producto cumpla al menos con una de las siguientes tres concentraciones: que el nivel de sodio (sal) sea mayor o igual a un miligramo sobre kilocalorías por cada 100 gramos; que el azúcar añadida represente 10% o más del total de la energía proveniente de azúcares libres, y que del mismo modo la grasa saturada del producto sea 10% o más del total de energía proveniente de grasas saturadas.

De este modo, por ejemplo, el dulce que hoy vale $5.000, en 2023 valdrá $5.500, en 2024 $5.750 y en 2025, cerca de $6.000.