Curtiembres actualizan sus plantas de tratamiento para mitigar el impacto ambiental

Pese a que el sector de curtiembres y curtidos ha sido tildado en los últimos lustros como agentes contaminantes del medio ambiente debido al vertimiento de aguas residuales con altas concentraciones de materia orgánica, compuestos de nitrógeno, sulfuros, pH elevado, cromo, entre otros, lo cierto es que en esta década se ha observado una modernización de estas empresas.

Juan Carlos Calderón, gerente de Biocueros Colombia, mencionó que en la compañía a su cargo se adelantan acciones para mitigar el impacto medio ambiental a través de un enfoque sistémico en cuatro frentes: capacitación para manejo e ingeniería de los procesos; uso de materiales que impacten menos el entorno ambiental; manejo de efluentes sólidos y líquidos a través de una planta de tratamiento, y la gestión de subproductos.

“La sostenibilidad va de la mano con la eficiencia”, afirmó Calderón, quien además explicó que para lograr este cometido, en las plantas de tratamiento donde se reciben colorantes, hidratantes recurtientes, sulfato de cromo y sulfuro, se determina por demanda biológica de oxigeno, sustancias tensoactivas presentes y especies químicas con miras a controlar y reducir el impacto.

Es clave anotar que, según el Ministerio de Ambiente, los lodos activados, filtros biológicos, biodiscos y lagunas aeróbicas y anaeróbicas son algunos sistemas para el manejo de aguas residuales; sin embargo, estos suelen tener un costo elevado, por lo que se puede recurrir a métodos como oxidación del sulfuro, separación de efluentes y sólidos, filtrados y precipitación de cromo.

Una de las compañías que emplean este tipo de procedimientos es Victoria Internacional. Andrés Lizarazo, su gerente de producción, ilustró que implementaron un proceso de consultoría con el fin de ajustar la fórmula para intentar disminuir el consumo de cloro y sulfuro en el proceso; además, también construyeron una planta de tratamiento que trabaja mediante enzimas y procesos biológicos para aminorar la carga contaminante.

“Implementamos un proceso de predescarne que consiste en retirar a los cueros crudos entre 9 y 11 kilos de grasa, para hacer de esos residuos un ingreso y no un costo”, y agregó que el material lipídico es reutilizado y vendido a una empresa multinacional de Canadá.

Daniel Roa, especialista de higiene y seguridad en Curtidos Universal, señaló que hacen procesos amigables con el ambiente ya que destinaron más de 100 metros cúbicos de agua a huertas, baños, purificación y procesos productivos con un reactor de electrofloculación tipo tornado iónico, el cual purifica medio metro cúbico en 10 minutos, con lo que apuntan a la reconversión tecnológica.

A su turno, Hernando Acuña, subgerente y jefe de producción de Sotercueros, puntualizó que la realización de una planta de tratamiento en la parte húmeda con el fin de controlar el pH en sólidos y no vertir esa agua en el río Tunjuelito de Bogotá. Estas hacen parte de las estrategias y parámetros establecidos para mitigar el impacto. En adición a esto, acotó que se están recogiendo los lodos y el pelo, que después se entregan a un laboratorio certificado.

Sin embargo, el sector empresarial dedicado a la transformación de pieles aún se compone, en gran proporción, por industrias artesanales poco tecnificadas, con baja inversión en investigación y desarrollo. Eso según la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, entidad que expuso que, a partir del monitoreo periódico del equipo técnico, el caudal promedio vertido por empresas del sector curtiembre y derivados del cuero es de 45 litros por segundo.

En este sentido, la misma entidad resaltó que han venido impulsado estrategias, capacitaciones e incentivos a través del Programa de Producción Más Limpia y de un proyecto para optimización en el uso de productos químicos. Asimismo, desarrollaron el programa Acercar y alianzas con la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial y la Universidad de los Andes para brindar formación y asistencia técnica a curtiembres, en el componente global de parques ecoindustriales.

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, por su parte, explicó en que han incrementado la cantidad de capacitaciones, los proyectos pilotos de mejora de desempeño ambiental y las visitas técnicas y de diagnóstico, en los últimos años, en el renglón curtidor.

Así las cosas, la CAR dijo que las curtiembres no legalizadas afectan el rubro debido a que no realizan las inversiones ambientales necesarias que les permitan tratar las aguas residuales de sus procesos y de esta manera cumplir con la normatividad ambiental vigente de vertimientos. Esto afecta los precios de mercado del cuero, dado que muchas veces se venden los materiales a costos bajos.

Estado del sector

Según el Dane, la producción de cuero en Colombia disminuyó 33,8% entre enero y diciembre de 2020, lo que se reflejó en una variación negativa de las ventas de 32,6%. El empleo del rubro tuvo un descenso de 10,7%, por la pandemia.

Las importaciones de calzado y sus partes registraron de enero a diciembre de 2020, un valor de US$280,6 millones con una variación negativa de 33% respecto a 2019, acorde a la Asociación Colombiana de Industriales del Calzado (Acicam).

Referente a las exportaciones, Procolombia aseguró que el volumen para 2019 fue de US$167,4 y en 2020, esta cifra se ubico en US$33,3, lo que se tradujo en una reducción de casi 80%.

El rubro propende por la formalización conjunta

En 2020, de las aproximadamente 115 curtiembres, 35 estaban legalizadas, y 20 más en proceso de trámite de formalización. José Piedrahita, presidente de la Asociación Nacional del Sector del Calzado, el Cuero y Afines, destacó las ventajas de producir de manera sostenible. “La idea es visibilizar la importancia de cumplir la formalización, que estamos cumpliendo con parámetros exigidos por la CAR y Minambiente para ser competitivos. Que el mundo crea que oler a cuero es bueno y que cumplimos con lineamientos”.