El entretenimiento y agro, los sectores que impulsan el crecimiento en el PIB
sábado, 30 de noviembre de 2024
Si bien el Producto Interno Bruto creció 2% en el tercer trimestre de 2024, impulsado por el agro y el entretenimiento, la minería y la construcción se contrajeron
El desempeño de la economía durante el tercer trimestre de 2024 dejó un panorama mixto. Según el informe más reciente del Dane, el Producto Interno Bruto, PIB, creció 2%, cifra que, aunque positiva, quedó por debajo de las expectativas del mercado, que anticipaban 2,3%. Este dato refleja una economía que sigue enfrentando desafíos estructurales, pese a ciertos avances en sectores clave como el agro y el entretenimiento.
Entre los sectores con mejor desempeño, el agro destacó con un crecimiento de 10,7%, impulsado principalmente por la producción cafetera, que experimentó un incremento de 33,6%. El entretenimiento lideró el dinamismo económico al registrar un crecimiento de 14,1%.
Según el director del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana, Jaime Rafael Ahcar Olmos, estos resultados son positivos, pero insuficientes.“Un 2% es relativamente bueno porque, al compararlo con 1,6% de 2023, significa que hay algo más de producción. Sin embargo, en una economía con desaceleración fuerte, este nivel no es suficiente para luchar contra la pobreza”, indicó.
El sector de la administración pública, defensa, salud y educación también aportó al PIB con un crecimiento de 2,1%. Sin embargo, otras áreas esenciales para la economía enfrentaron contracciones.
La minería, la industria manufacturera y la construcción continúan en números rojos. El director del Departamento de Economía de la Javeriana señaló que la desaceleración del sector minero-energético es preocupante, dado que es clave para la política fiscal del país. “Su desaceleración podría hacer que el Gobierno esté tentado a realizar otra reforma tributaria, lo que generaría mayor presión sobre la economía”, agregó.
Un sector particularmente afectado fue el de servicios de comida y alojamiento, que experimentó una caída de 6,2% en el tercer trimestre y de 5,4% en lo corrido del año. Este comportamiento refleja la reducción en el gasto de los hogares, especialmente en los estratos medios y bajos.
Según Juan Pablo Herrera, decano de Economía de la Universidad Externado, esta caída está directamente relacionada con la incertidumbre económica y las señales erráticas que, a su juicio, envía el Gobierno. “El consumo de los hogares, que creció apenas 0,7%, es fruto de esa incertidumbre, sumada a los vaivenes políticos y la tensión geopolítica internacional”.
El consumo de los hogares, uno de los motores tradicionales del crecimiento económico, se mantiene débil, con un incremento de apenas 1,6% en el tercer trimestre y 1% en lo corrido del año.
Según Andrés Langebaek, director ejecutivo de Estudios Económicos de Davivienda, aunque el consumo privado podría beneficiarse de la reducción de tasas de interés, el comportamiento contractivo del gasto público sigue siendo un factor que pesa sobre el desempeño general.
“El Gobierno ha tenido que recortar y congelar gastos, lo que se refleja en una contracción de 4,3% en el consumo estatal. Esto afecta negativamente el crecimiento económico”, afirmó.
La inversión mostró un desempeño alentador, con un crecimiento de 22,7%, impulsado por proyectos de infraestructura. Según Herrera, este dato contrasta con los bajos niveles de ejecución presupuestal del Gobierno, que afectan áreas clave como infraestructura, gasto social e inversión social.
“La falta de ejecución presupuestal genera dificultades para avanzar en proyectos que podrían dinamizar la economía”, señaló el decano. Además, expresó preocupación por la falta de resultados en la política de reindustrialización y el desempeño lento del sector industrial.
Tensiones externas y fiscales complican la recuperación
El regreso de Donald Trump y posibles aranceles en EE. UU. podrían desacelerar el comercio colombiano, según los expertos, mientras que las políticas de reindustrialización no han logrado reactivar el sector industrial ni el empleo.
Aunque la reducción de tasas podría incentivar el consumo y la inversión privada, persisten dudas sobre la sostenibilidad fiscal. Reformas como la del Sistema General de Participaciones podrían agravar el panorama, advirtiendo riesgos de desempleo y recesión.