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Seguridad, una prioridad
Las empresas de blindaje se enfocan en usados y en protecciones más sencillas
miércoles, 24 de agosto de 2022
Hay cerca de 45 empresas blindadoras o de alquiler registradas ante la Supervigilancia y se blindan entre 1.800 y 2.000 carros al año
Julián Vélez Robledo
La industria de los carros blindados en Colombia sigue superando escollos. Tras el freno de la economía por la pandemia del covid-19 y un 2021 con una recuperación en ventas, ahora se enfrentan a una nueva dificultad: la crisis mundial del sector automotriz y la escasez de vehículos nuevos.
La inseguridad en las calles ya no solo es una amenaza para personajes públicos o con altos perfiles, sino que es una preocupación para un grupo de personas más grande y diverso. Por eso, la demanda se mantiene, pero ha variado y ahora el negocio se enfoca en el blindaje de usados, en ofertas de seguridad más económicas y en otras líneas como el alquiler.
Según Carlos Cortés De Greiff, gerente comercial de BlinSecurity Colombia, una de las líderes del sector, “la creciente inseguridad en las calles hace que las personas busquen alguna forma de protección, que no necesariamente es un blindaje completo. Por eso, las empresas nos hemos tenido que mover a ofrecer una serie de productos más sencillos y accesibles a la gente”.
En Colombia hay cerca de 45 empresas blindadoras o de alquiler registradas ante la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada. Se blindan entre 1.800 y 2.000 carros al año. Se estima que hay entre 38.000 y 40.000 unidades registradas, es decir, con nivel III o superior. Sin embargo, al existir muchos tipos de blindaje que no se registran y un alto número de empresas no legalizadas, las cifra no se puede concretar.
La tecnología se ha puesto al servicio de los materiales tradicionales utilizados en el blindaje. Las fibras de aramidas (conocidas como kevlar) y otra variedad de fibras de multinacionales como Dupont siguen siendo el material más utilizado, pero cada vez con menos peso y más efectividad en la protección. El acero balístico se sigue utilizando en los niveles IV y V.
Pero también hay novedades. “Este año estamos manejando productos como el polietileno de baja densidad y el geoflex. El primero ofrece menor paso y mayor durabilidad y protección; y el segundo, un plus de neopreno entre capa y capa que permite bajar su peso y mejorar sus capacidades de resistencia”, afirmó Juan Carlos Calle Valencia, jefe de operaciones y proyectos de la empresa Blintech, también reconocida en el sector.
Hay muchos adelantos en los vidrios, con menos paso y espesor, pero igual o superior confiabilidad. “Lo que más evoluciona son los vidrios. Hoy un vidrio con 19 milímetros de espesor para hasta magnum 44, el arma corta más poderosa del mercado”, precisó Cortés.
La industria del blindaje sigue siendo muy manual. Cada carro requiere un trabajo particular diferente y no hay cabida a procesos de ensamblaje o, incluso, de producción de partes de manera industrial.
Un blindaje nivel II está valiendo alrededor de $35 millones y el proceso puede durar entre un mes y mes y medio, dependiendo de las características.
Cada vez más se desvirtúan mitos sobre el blindaje como el del paso. Hace 25 años un blindaje nivel III pesaba 400 kilos, hoy pesa 180 kilos. Y un nivel II unos 140 kilos, que no afectan el vehículo.
Pacto de buenas prácticas
En el camino a legalizar cada vez más el sector, la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada emitió recientemente la Resolución No. 20224440029777, de cumplimiento inmediato, en la cual crea el Pacto de Buenas Prácticas para la actividad blindadora, para empresas que cuenten con licencia de la Supervigilancia y precisa que todos los niveles de protección en cuanto a blindaje de todo tipo de carros únicamente pueden ser acondicionados y/o instalados por empresas con licencia vigente.