Van por todo y con todo

No es cierto, que la propuesta tributaria de este año va a afectar a los más ricos, así no es, esta reforma va a afectar a todos los estratos, sin duda, golpea a los que ellos denominan “ricos”, pero nos “golpean” también al encarecer, la comida, el transporte, los servicios públicos, la cerveza, el entretenimiento, el deporte, la manutención de los hijos y hasta en quien creemos, porque para rematar, le van a meter impuestos a las iglesias.

Para empezar, van a ponerle IVA a la gasolina y al Acpm, vale decir que hoy ya tiene un impuesto al consumo, una sobretasa y adicionalmente un impuesto al carbono, que justamente también lo van a incrementar. Pero ¿qué significa para quién no tiene una moto, un carro o un camión? Se traduce en que le van a incrementar al mercado, porque subirán los precios de las frutas, verduras, granos, carne, lácteos, todo, por el mayor costo de transporte, desde las zonas rurales hacia los mercados urbanos.

No olvidemos que afectaría el precio del pasaje de transporte y obviamente dispararía la inflación.
No olvidemos también que actualmente estamos pagando un gas más costoso, y esta reforma va a volver aún más caro la factura del gas porque va a incrementar el impuesto al carbono.

Pero no llegan hasta ahí. Le ponen 19% por IVA a la cerveza y los licores, que vale la pena decir, ya están gravados con el impuesto al consumo, que es de carácter departamental. Adicionalmente, el 27 de agosto de este año, el Banco Mundial, publicó un importante informe sobre impuestos a licores, cigarrillos y sucedáneos, alimentos ultra procesados y bebidas azucaradas en Colombia.

La conclusión fue que el aumento de impuestos a licores y tabaco no genera mayor recaudo, básicamente porque el diseño de este tipo de impuestos presenta vacíos y tratamientos diferenciados injustificados.

Hay falta de coordinación, trazabilidad y control en la administración fiscal y sanitaria. Y termina generando es un incentivo y facilidades para la evasión y el contrabando.

Por último, las políticas no están bien alineadas con los objetivos de salud pública, sino con buscar más plata.

Acá ya consideran rico a quien gane mensualmente $6.683.000 y le suben la tarifa del impuesto de renta de ahí para adelante, hasta 41%. Además, le ponen IVA a las actividades culturales y deportivas, las cuales también tienen en sus boletas otro tipo de impuestos territoriales.

Así mismo, sí usted tiene hijos y paga impuesto a la renta, ya no podrá deducirse del impuesto los gastos permitidos que tenía por sus hijos. Una política contraria a la caída de la tasa de natalidad del país de los últimos años.

Siendo franco, hay que ver la otra cara y destacar quienes sí ganan con la tributaria. Inicialmente promueve a los informales evitando su inclusión, con la tremenda carga que tendrían sí pagan impuestos. También transforma a los negocios de los créditos “gota a gota” en potenciales unicornios, al establecerle a su competidor directo una excesiva renta con varios puntos adicionales por ser instituciones financieras.

Otro logro de la reforma es la promoción de las inversiones hacia Panamá y otras latitudes, al modificar el impuesto al patrimonio con una tarifa hasta de 5%, generando una fuga de inversiones y capitales.

Imposible negar, la gran feria inmobiliaria que se daría a finales de 2025, al cambiar las reglas de ganancia ocasional, en donde sube de 2 a 4 años la calificación de activo fijo a partir de 2026.

Estos cambios propuestos, le generarían a un empresario una tributación efectiva de 60% aproximadamente. Dicho de otra manera, de $100 que reciba, $60 van a la Nación, por el cambio de las reglas de dividendos. Sin contar con los otros múltiples impuestos que ya existen de orden territorial. Generando una gran cantidad de recursos para ellos en vísperas electorales.

Parafraseando al doctor. German Vargas Lleras, en su columna de hace unos días que tituló “el todo por el todo”, la reforma tributaria que promueven ahora es un: “van por todo y con todos”.