Finanzas Personales

¿Cómo sería una Navidad a 36 cuotas?

Los usuarios deberíamos comprender conceptos como la tasa de interés. Que esta navidad no nos sorprenda los próximos 36 meses con deudas insostenibles. Aprovechemos el nuevo año para trabajar en las finanzas

Andrés Heredia

Con la llegada de diciembre, la emoción de despedir el año se mezcla con la necesidad de afrontar gastos asociados a la navidad y cada vez más las tarjetas de crédito son las protagonistas. Según la Superintendencia Financiera, solo en diciembre pasado, los consumos en tarjetas de crédito alcanzaron $21 billones. Este año, se espera superar esta cifra. La situación es que, en esta temporada, los ingresos de muchos colombianos no alcanzan para cubrir los gastos previstos. Aunque lo ideal sería haber ahorrado de manera progresiva a lo largo del año, la capacidad económica y la escasa educación financiera hacen que esto sea poco viable. Por eso, el uso masivo de las tarjetas de crédito se convierte en una oportunidad para fomentar su uso responsable, acompañado de algunas recomendaciones que, aunque podrían parecer obvias, a menudo pasamos por alto al adoptar la filosofía de “luego miró cómo pago”.

Al usar una TC, es fundamental tener claro el cupo disponible, la fecha de corte y la fecha de pago. Quienes usan tarjetas a veces desconocen su cupo real y el porqué del monto mínimo a pagar, llevando a sorpresas que desajustan las finanzas en los siguientes meses. Con esta información clara, podemos seguir la regla de oro en Educación Financiera: hacer un presupuesto. Comprendiendo en qué y por qué gastaremos, podemos establecer topes de las compras navideñas que se ajusten a nuestras finanzas.

Ahora bien, al elegir cuotas, recordemos que entre menos cuotas mejor. Si podemos pagar en una sola cuota, hagámoslo. Más cuotas significan más intereses, por flexibles que parezcan los pagos. Definamos de manera sensata si, considerando gastos fijos futuros, podremos asumir esas cuotas. Evitemos comprometer responsabilidades por compras a crédito. Seamos conscientes de que, si presentamos dificultades para ajustarnos al presupuesto, esto debería alertarnos y hacernos reconsiderar esas compras. Ignorar nuestros presupuestos puede llevar fácilmente a encontrarnos en una situación de sobreendeudamiento. No ignoremos los básicos: evitemos entregar tarjetas en establecimientos, para eso existe el pago sin contacto. En compras online, verifiquemos la legitimidad. Mantengamos notificaciones activas para detectar compras sospechosas; Revisemos suscripciones y cancelemos lo no usado. Chequeemos a cuántas cuotas estamos pagando.

A pesar de la aparente simplicidad de estos conceptos, suelen pasarse por alto entre los consumidores financieros. Este fenómeno se explica mediante la economía del comportamiento, donde ciertos sesgos cognitivos influyen en nuestras decisiones económicas. En nuestros proyectos de Educación Financiera en colegios con Clever Finance, al asignar a los estudiantes un presupuesto y una tarjeta de crédito en un formato de juego sin explicarles las causas y efectos, más de 90% termina sobreendeudado. Al analizar las razones, observamos que muchos prefieren disfrutar de sus compras hoy y postergar las preocupaciones sobre el pago, siguiendo el ejemplo de sus padres. Precisamente este tipo de iniciativas buscan formar mejores consumidores financieros para el futuro.

Desde mi rol, abogaría por una formación básica en Educación Financiera antes de otorgar una tarjeta de crédito. Todos los usuarios deberíamos comprender conceptos como la tasa de interés, las implicaciones de entrar en mora y ser conscientes que la TC no es una extensión de nuestros ingresos.

Que esta navidad no nos sorprenda los próximos 36 meses con deudas insostenibles. Aprovechemos el nuevo año para trabajar en nuestro bienestar financiero.

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