El motor para empoderar a las mujeres

Los países que invierten en cerrar la brecha de género, aceleran su crecimiento económico y distribuyen sus beneficios a más ciudadanos. Apostarle al empoderamiento femenino tiene un efecto dominó: no sólo se impacta a la mujer sino que está comprobado que ellas reinvierten sus ingresos en sus familias y en el bienestar de la comunidad. Por esto, las entidades financieras tenemos la obligación de entender los roles que ellas asumen en la economía, brindarles acceso a productos y servicios que les generen valor y seguir promoviendo su igualdad y crecimiento al interior de las compañías.

Según cifras del Dane, a diciembre de 2018 del total de la población económicamente activa en Colombia, 43% corresponde a mujeres. Además, lo que hemos identificado en nuestros estudios de comportamiento financiero, es que cuando este público supera la educación básica, tienden a exigirse más y superar en estudios a los hombres. Por ejemplo, de las 1.328.327 mujeres clientes que atendemos, 67% tiene un nivel de formación mayor en estudios tecnológicos, universitarios y posgrados. Lo anterior, refleja el interés que tienen en prepararse y ser económicamente activas

Sin embargo, no podemos dejar de lado que en el país tenemos un porcentaje importante de mujeres que son amas de casa y que estas también juegan un papel esencial en el desarrollo de la sociedad porque son las encargadas de administrar las finanzas del hogar, decidir la selección de los productos de la canasta familiar, y definir los montos y las inversiones clave como su educación o la de sus hijos, entre muchos otros.

Independiente del rol que asuman, en este segmento son clave los esfuerzos de inclusión financiera puesto que el uso de cualquier crédito les da la oportunidad de adquirir productos y servicios que pueden transformar su vida. Por ejemplo, un celular inteligente brinda oportunidades de emprender o trabajar en aplicaciones de servicios. Pero también le permite acceder al conocimiento y a la información. Todo esto apunta a empoderar de diversas formas a las mujeres.

Otro reto de las compañías es promover su inclusión y liderazgo en entornos laborales. Lo anterior se logra mediante la inserción de políticas igualitarias para ambos géneros, el entendimiento profundo de sus sueños y poner a su disposición todos los recursos para promover su crecimiento al interior de la organización. Este panorama no sólo les dará mayor empoderamiento sino que impactará positivamente los resultados de la organización.

En este sentido, creemos firmemente en que el mundo necesita mujeres empoderadas que no sólo puedan soñar en grande sino que cuenten con todas las herramientas para hacer esos sueños realidad. Estamos seguros que para lograrlo es necesario entender los múltiples roles que asumen en la sociedad actual, su importancia en el crecimiento y desarrollo del país y promover su inclusión financiera y laboral.