Este es el mecanismo que permite repartir la herencia en vida, pero sin perder poder
miércoles, 27 de julio de 2022
Entre las múltiples bondades del fideicomiso de herencia se destaca la capacidad de ser versátil y estar en el marco de la ley
En muchas ocasiones, una de las preocupaciones más latentes de los adultos mayores y padres de familia es dejar materializado su legado y el fruto de su esfuerzo a sus descendientes. Sin embargo, no es extraño que las llamadas "herencias" puedan convertirse en el inicio de un conflicto familiar cuando no son planificadas.
El proceso de entender, negociar y decidir sobre la voluntad de quien ya partió de este mundo, a menudo, se sale de control y es aprovechado por quienes su ambición florece sobre lo normal y termina salpicando las relaciones familiares en medio de este juicio, que por lo general está acompañado de emociones encontradas como el duelo y el deseo de poseer.
Sin embargo, no hay enfermedad sin cura, aunque en ocasiones esta resulte siendo más costosa, como diría el viejo refrán. Pese a que en Colombia existe la posibilidad de hacer un proceso de sucesión para aclarar la voluntad del fallecido, a veces suele omitirse este paso debido a su alto costo y las condiciones que ello implica.
En el mercado jurídico colombiano existe la manera para que una persona, en vida, pueda transferir bienes a sus familiares sin perder la administración sobre los mismos y con la facilidad de definir la forma en la que serán administrados. A esta figura se le denomina fideicomiso mercantil.
Bajo esta modalidad, el poseedor podrá dejar porcentajes establecidos, inmuebles o diferentes activos a nombre de determinadas personas, pero seguir manejándolos o tomando decisiones sobre los mismos hasta el día de su fallecimiento. Asimismo, podrá definir cómo quiere que se administren a futuro para evitar relaciones familiares conflictivas y que las reglas queden claras para todos.
Mónica Vanegas, gerente de patrimonios personales de Acción Fiduciaria, indicó que "entre las múltiples bondades del fideicomiso se destaca la capacidad de ser versátil y estar dentro del marco de la ley".
Asimismo se destaca su competencia para planear la disposición en vida del patrimonio de las personas, sin los riesgos que implica hacerlo con otros procesos jurídicos como la propiedad en común, el proindiviso, entre otros.
Vanegas explicó que en este caso, "la administración de los activos se realiza mediante la conformación de un patrimonio autónomo que es sujeto de derechos y obligaciones, pero que está regulado por la normatividad comercial". En esa línea, se constituye mediante la suscripción de un contrato de fiducia mercantil.
El administrador es la Sociedad Fiduciaria, quien tendrá la vocería y representación, pero deberá cumplir las instrucciones recibidas, donde gran parte de su esencia es administrar los activos que se le transfieran.
“La fiducia, al estar plenamente regulada, genera seguridad jurídica respecto de la independencia del Patrimonio Autónomo y las instrucciones del constituyente son cumplidas de forma profesional, haciendo que la disposición en vida del patrimonio de cualquier persona impida que los beneficiarios comprometan los activos mientras el constituyente aún vive, por lo que mantiene la total disposición del mismo”, agregó Vanegas.