Finanzas Personales

Estrategas de Wall Street no aciertan con el rendimiento de los bonos

Bloomberg

Bloomberg

“Me he arrancado los pocos pelos que me quedaban tratando de dilucidar cuáles serían los rendimientos de los bonos este año”, dijo Stanley.

No es el único. Los estrategas que habían visto caer la tasa de desempleo de los EE.UU. a la mitad desde la crisis financiera empezaron 2016 atentos a los datos económicos nacionales y pronosticaron que los rendimientos de los bonos del Tesoro aumentarían. Si la inflación trepaba acercándose a la meta de 2% de la Reserva Federal, preveían que el banco central tendría motivos para elevar las tasas de interés hasta cuatro veces este año, en consonancia con las orientaciones de los funcionarios en aquel momento.

Pero, los estrategas se han dado cuenta de que perdieron de vista el contexto general. Los rendimientos cayeron en medio de un torrente de sorpresas económicas y geopolíticas mundiales que llevaron a la Fed a reducir dos veces sus proyecciones sobre las tasas. Esto impulsó a bancos como Deutsche Bank AG, JPMorgan Chase & Co. y Nomura Holdings Inc. a revisar sus pronósticos repetidas veces -apenas pasado medio año-.

“El clima mundial no sólo incide directamente en cómo se ha comportado el mercado sino que también parece haber adquirido mayor importancia para la Fed”, señaló Stanley. “La Fed está mucho más paciente de lo que yo pensaba”.

Fuerzas mundiales
El bono del Tesoro a 10 años rendía 2,27% el 31 de diciembre. Ese mes, la mediana de pronósticos de los analistas apuntaba a un alza a 2,78% para fines de 2016. El bono rindió 1,43% el lunes a las 17:00 en Nueva York, de acuerdo con los datos de Bloomberg Bond Trader, después de registrar un cierre en un mínimo récord de 1,36% el 8 de julio. La mediana de pronósticos de 74 economistas que participaron en una encuesta de Bloomberg ahora señala que los rendimientos llegarán a 2,1%.

A los bajistas respecto de los bonos, todo les ha salido mal. Los mercados accionarios tambalearon a comienzos de año por el temor de que la desaceleración económica china frenara el crecimiento mundial. Los bancos centrales de Europa y Japón adoptaron tasas negativas y ampliaron los programas de compra de bonos, entre otros eventos.