La batalla entre la economía y los mercados
martes, 5 de noviembre de 2013
Ivan Felipe Campos
“Si usted gasta más de 13 minutos estudiando el entorno económico para comprar acciones, usted acaba de desperdiciar 10 minutos de su tiempo”: Peter Lynch, uno de los inversionistas más grandes de todos los tiempos.
La frase es exagerada pero útil para plantear el debate. Un efecto desapercibido de la crisis del 2008 es que a los economistas nos entregaron las mesas de trading.
No hay nada como una crisis global para volver a un puñado de investigadores estrellas de rock. Sin embargo, una consecuencia aún más grave es volver a pensar que la economía tiene la última palabra acerca del rumbo de la bolsa de valores.
Quienes han estado en el mercado saben que no existe una relación lineal entre crecimiento económico y mercado de acciones. Muchas veces no tienen nada que ver y otras es la bolsa la que se adelanta al ciclo económico. Se dice que el mercado de acciones ha predicho 10 de las ultimas ocho recesiones. En otras palabras, cada crisis económica ha sido anticipada por una crisis bursátil pero no todas las caídas de la bolsa han implicado una recesión. Así, el estudio de la bolsa se vuelve una buena herramienta para predecir cambios en el ciclo económico, pero muy poco al contrario.
Ahora bien, hay quienes pueden argumentar que las caídas en bolsa se den precisamente porque el mercado se está preparando para una desaceleración en el futuro. Esto suena bien pero es virtualmente imposible de probar. Los economistas no predecimos desaceleraciones. Societe Generale muestra que en los últimos 35 años el consenso de economistas en Estados Unidos nunca ha pronosticado un año de crecimiento negativo para ese país. Lo mismo pasa en Colombia, en donde después de cinco años seguidos de crecimiento positivo desde 2009, y sabiendo que el último ciclo de expansión duró exactamente cinco años (2003-2007), a nadie se le ha ocurrido plantear su fin.
Los estudios académicos son aún más radicales. BNY Mellon concluye que entre 1970-2012 no existió ninguna relación estadística entre el S&P 500 y el PIB americano. Por otra parte, Dimson, Marsh and Staunton, en el trabajo hasta la fecha más comprensivo sobre el tema (83 países desde 1972 a 2009), afirman que invertir en países con menor crecimiento es de hecho 7% más rentable. Quien aún piense que crecimiento económico débil es un síntoma negativo para la renta variable probablemente no se ha dado cuenta de los récords recientes de las bolsas europeas y americanas, ni de la gran crisis de sus contrapartes emergentes.
Todo lo anterior es clave para nuestra interpretación del mercado colombiano. La bolsa local lleva tres de los cinco años del ciclo económico actual 2009-2013 sin ir para ningún lado. Esto para nosotros implica que ya se ha descontado bastante de lo que puede salir mal en el futuro. Si el 2014 resulta en línea con nuestras expectativas más débil de lo que el consenso espera, esto no va a ser relevante. En este sentido, en lugar de recomendar compra de acciones porque pensemos que la economía ya tocó piso, estamos recomendando compra porque creemos que las acciones ya descontaron el piso económico del próximo año.
La situación es muy similar a lo sucedido en el periodo 2006-2008. Después también de tres años de un comportamiento plano y a pesar de que la debilidad económica colombiana se prolongó hasta finales de 2009. Las acciones iniciaron en octubre 2008 un rally que eventualmente retornaría 194% en el índice Colcap. Doce meses y 100% de rentabilidad separaron en esa ocasión el piso bursátil del económico.