Educación

Responsabilidad en el gasto familiar

MiguelYein

Al ser susceptibles a la sociedad de consumo, las familias pueden llegar a realizar compras innecesarias por falta de planificación

Jorge L. Rodríguez

Teniendo en cuenta la diversidad de conceptos respecto de la definición de familia, para el presente escrito se tomará como ejemplo la estructura familiar identificada como nuclear, integrada por los padres y los hijos únicamente. Así mismo, se hará referencia solo al vínculo económico, puesto que la familia también tiene relaciones sociales, culturales y jurídicas, entre otras.

El gasto se puntualiza como la erogación económica que una familia realiza periódicamente, de acuerdo con su salario, jornal u otra forma de ingreso monetario. La salida de dinero se puede destinar para inversión, para el ahorro, para el consumo, o puede disponer de las tres en diferentes formas. El agente económico reserva para inversión, cuando adquiere bienes y/o servicios que le van a generar ganancias y estabilidad futura. Sobre este aspecto, se puede establecer como ejemplo, la adquisición de vivienda, la educación superior, la creación de empresa y la obtención de maquinaria y equipo, entre otros.

La familia destina para el ahorro una cantidad de dinero de su ingreso, cuyo propósito es la adquisición de bienes y servicios en un futuro, beneficio que puede ser de corto o de largo plazo (compra de regalos en Navidad o la educación superior de los hijos, respectivamente). La persona reserva para consumo cuando compra bienes y/o servicios que le generan rápida satisfacción. El gasto de consumo se divide en “utilización inmediata” y “utilización duradera”. El primero se refiere a la compra de vestuario, alimentación, transporte... el segundo describe la adquisición de un televisor, el computador y el automóvil, entre otros. Los tres conceptos anteriores, describen decisiones cotidianas en una familia nuclear. Los padres de familia, suponiendo que ambos trabajan, reciben un ingreso mensual y priorizan el gasto de acuerdo con sus preferencias.

Al respecto, es importante resaltar que, en la generalidad de los casos, los padres de familia conocen su ingreso cabalmente; sin embargo, el destino de los gastos no se cuantifica con rigurosidad. Entre las decisiones de gasto prioritarias se encuentra la alimentación, el vestuario, la educación, la salud y el transporte. Posteriormente se determina la cantidad de dinero para gastar en nuevos asuntos. En tal sentido, al ser susceptibles a la sociedad de consumo, se realizan compras innecesarias por falta de planificación presupuestal básica.

Las compras por impulso son un ejemplo tangible, no necesitan tener avisos publicitarios, nos gustó y adquirimos el producto, no se miden las consecuencias, solo me gustó y para eso trabajo. Sucede especialmente con el vestuario, ropa de una o dos posturas y después se guarda indefinidamente. Qué decir de los misceláneos, ellos se refieren a compras que no es imperioso hacerlas, pero se realizan sin justificación alguna.

Los comentarios realizados reflejan situaciones de la vida familiar diaria. Sin embargo, es importante entender la responsabilidad en el manejo del dinero cuando se adquiere el estatus de padre de familia. Además del sustento diario, se debe pensar en el bienestar futuro. No se trata de gastar sin control el dinero, se debe planificar el destino del ingreso familiar. Muchas veces nos endeudamos pensando que está diferido en varias cuotas; pero no se explica que se debe restar del ingreso futuro, ya no lo tenemos.

Para evitar el malgasto, hay que controlar las compras. Para ello es importante conocer los precios de los bienes y servicios ofrecidos. Muchas veces son más costosos los productos prometidos en promoción que los establecidos en el mercado tradicional. Comprender que el manejo del dinero encarna tranquilidad o preocupación en la vida diaria; más aún, si la administración del gasto representa el bienestar de la familia. Es importante destacar que la inversión y el ahorro generan riqueza y el consumo mal planeado, pobreza.

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