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Tasa de cambio en Colombia: perspectivas

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Los anuncios gubernamentales sobre una posible intervención en la tasa de cambio y una transición energética acelerada generaron incertidumbre, afectando la cantidad de dólares necesarios para la economía

Sergio Olarte

La tasa de cambio en Colombia está directamente ligada al comportamiento del comercio internacional y a las decisiones de inversión a corto y largo plazo de los inversionistas internacionales y nacionales. Cuando las importaciones disminuyen, la tasa de cambio tiende a reducirse. Del mismo modo, las inversiones extranjeras directas y las inversiones a corto plazo ejercen una influencia significativa en la economía. Así mismo, en los últimos años las remesas de trabajadores han aportado cerca del 23 % del PIB (US$10.000 millones) a la oferta de dólares en la economía, ayudando a apreciar la moneda.

Recientemente, hemos presenciado un cambio en la dinámica de la tasa de cambio en Colombia, caracterizado por la disposición del riesgo idiosincrático. Los anuncios gubernamentales iniciales sobre una posible intervención en la tasa de cambio y una transición energética acelerada generaron incertidumbre, afectando la cantidad de dólares necesarios para la economía colombiana.

Sin embargo, a lo largo del 2023, el discurso ha evolucionado, las instituciones han demostrado solidez y se ha mantenido el statu quo económico. Esto ha avivado el interés de los inversionistas internacionales, reflejándose en un aumento del 20% en la inversión extranjera en los dos últimos trimestres (US$8.600 millones) y un resurgimiento del apetito por inversiones de portafolio, con un aumento aproximadamente de US$1.500 millones desde octubre. Este crecimiento ha contrarrestado los efectos idiosincráticos que el año anterior elevaron la tasa de cambio en cerca de $900.

Adicionalmente, la desaceleración económica en Colombia, ha provocado una caída del 21 % en las importaciones hasta septiembre, reduciendo significativamente las necesidades de dólares en la economía. Esta situación no sólo ha ayudado al peso por cuenta de menor demanda de dólares estructuralmente, sino que también envía una señal de disminución de riesgos externos de la economía colombiana, aumentando el apetito por los activos colombianos.

Dentro de la estructura actual, y considerando la disminución del riesgo estructural percibido el año pasado, la tasa de cambio se ha mantenido alrededor de los $4.000.

Este valor parece equilibrado frente a la reciente caída del precio del petróleo, la posible estabilización de las tasas de interés internacionales y el aumento del apetito por riesgo en activos emergentes; sin embargo, es necesario decir que el movimiento de la tasa de cambio en Colombia estará muy ligado a los mensajes que se envíen desde los grandes bancos centrales del mundo. Es así como los recientes anuncios del Banco Central de Estados Unidos, la Fed, de que bajará más rápido de lo anticipado su tasa de interés, hace que aumente el apetito de los inversionistas hacia estas economías y seguramente puede generar una leve apreciación de la tasa de cambio en Colombia

A pesar de esta estabilidad, la pérdida del grado de inversión por parte de Colombia ha elevado la volatilidad de la tasa de cambio. Mientras que en 2019 la volatilidad promedio diaria del peso colombiano oscilaba entre $20 y $30, después de la pérdida del grado de inversión ha aumentado a niveles entre $80 y $120.

Desde Scotiabank Colpatria, proyectamos que, a pesar de la estabilidad actual, la volatilidad inherente podría mantenerse alta debido al entorno internacional volátil y la incertidumbre legislativa en Colombia. Esperamos que el dólar oscile entre $3.900 y $4.200 durante el próximo año.

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