Finanzas

Bancos centrales

Gregorio Gandini

Este enfoque particular sobre los bancos centrales se ha presentado desde la crisis del 2008, cuando la Fed intervino tomando medidas muy drásticas como el Quantitative Easing (QE), que consistía en la compra de títulos de entidades financieras, para poder estabilizar los mercados y estimular la economía.

Pero el problema está en que los gobiernos abandonaron la política fiscal y las reformas necesarias apoyándose exclusivamente en la política monetaria como el motor detrás de la dinamización de la economía.

Dicho comportamiento lleva al problema en cuestión, tras ocho años de políticas de tasas tendientes para incentivar las diferentes economías (reducción en las tasas aumenta la cantidad de dinero en la economía y por tanto el consumo de los hogares lo que eventualmente llevará a un crecimiento del PIB) los bancos centrales se han arrinconado a ellos mismos, al llegar a tasas cercanas a 0%. Este escenario ha obligado a algunos bancos a tomar medidas audaces para poder continuar impulsando la economía como el Banco de Japón que ha implementado las tasas de interés negativas y el BCE que ha revivido el QE ampliándolo a ciertos títulos fuera del sector financiero.

Las tasas de interés negativas son un concepto interesante y aplicado no solo por Japón, sino por Suiza y Suecia que las tienen en -0,75% y -0,5% respectivamente. Con una tasa de interés negativa se busca en primera instancia inyectar liquidez a la economía al incentivar a los bancos a no mantener depósitos en el banco central ya que deberán pagar por ellos y por ende prestarán más. Sin embargo, sus efectos no son claros en la transmisión de estas tasas a los hogares, ya que si los bancos comerciales dejan de pagarles interés por sus depósitos, los hogares no guardaran su dinero allí y al final el efecto será contrario al deseado, retirando dinero de la economía en vez de inyectarlo.

El QE aplicado por el BCE, también genera inquietud, ¿cuánto del precio de los activos que están comprando responde a fundamentales de las empresas y cuanto simplemente a los movimientos generados por el mismo banco? ¿Qué pasará cuando el BCE anuncie el desmonte del QE?

En Estados Unidos, la Fed no toma ninguna posición real sobre política monetaria, atemorizada de las implicaciones que sus decisiones puedan tener en la economía mundial y cómo eso repercutiría sobre su economía local. Este tipo de forward guidance o falta de él está generando una profunda incertidumbre en los mercados, lo que aumenta la volatilidad en los precios de activos.

Con estos escenarios, desde el punto de vista de la política monetaria y el crecimiento económico, es el momento para que los gobiernos entren en escena y diseñen políticas fiscales que  complementen y repotencien a la política monetaria, si es que se quiere dar un nuevo arranque a la economía mundial.