Panorama de tasas se mantendrá en niveles superiores a los de antes de pandemia
lunes, 15 de enero de 2024
De acuerdo con Suramericana, aunque desde 2022 los bancos centrales iniciaron un incremento de las tasas, la inflación no cede
Según lo dio a conocer el informe de perspectivas 2024 de Suramericana, documento que incluye una mirada general sobre el panorama político, económico, social, ambiental y tecnológico para este año, las aceleradas transformaciones a las que se enfrenta el mundo contemporáneo exigirán revaluar los paradigmas macroeconómicos tradicionales, discutiendo si las tasas de interés seguirán siendo efectivas como medio para controlar la inflación.
De acuerdo con el informe, desde mediados del siglo XX, el modelo de política económica mundial de la mayoría de países le ha apostado al control del nivel de precios a través de las tasas de interés determinadas por los bancos centrales, esto con el fin de encontrar un equilibrio entre “la capacidad de crecimiento o desaceleración de la economía vía consumo de personas, empresas y gobierno, y el aumento o disminución en el nivel de precios”, señala Suramericana.
La desaceleración, producto del confinamiento ocasionado por el covid-19, exigió que gobiernos, a nivel global, implementaran políticas de subsidios y ayudas a los agentes, a la vez que los bancos centrales bajaran las tasas de interés, lo que llevó, según el análisis, a una aceleración de los niveles de inflación a nivel global.
Aunque desde 2022 los bancos centrales iniciaron un incremento de las tasas de interés, en algunas economías, la inflación no ha cedido, lo que ha llevado a expertos plantearse la posibilidad de un cambio en el modelo de política económica, lo que traería oportunidades para las economías emergentes.
“De consolidarse el escenario de cambio en el modelo de política económica, traerá oportunidades a las economías emergentes a la hora de desarrollar modelos de crecimiento más ajustados a sus realidades y a sus características propias”, destaca el informe.
Este cambio paradigmático, además de ser el escenario óptimo para la inversión en el sistema financiero y para el ahorro, “incentivaría niveles de endeudamiento más sanos de los agentes y mayor responsabilidad en el gasto público en los estados con mayores niveles de institucionalidad”, concluye.