Finanzas

El día en que se partió en dos la historia de las sociedades comisionistas

María Paula Albán

Hace cinco meses, pocos se podían si quiera imaginar que Interbolsa, la sociedad comisionista de bolsa más grande de Colombia, estaría en medio de su liquidación y que sus directivos, quienes hasta ese momento eran considerados entre los ejecutivos más respetados del mundo financiero, estarían al borde de la cárcel.

Sin lugar a dudas, el 1 de noviembre marcó una ruptura en el mundo de las comisionistas de bolsa tal y como las conocíamos en Colombia. Algo solamente comparable con el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos frente a la seguridad. Ese día, salieron a la luz los problemas de liquidez de Interbolsa y se descubrieron maniobras riesgosas de apalancamiento, que por poco generan una crisis financiera nacional.

Las autoridades actuaron a tiempo. Buscaron salidas para evitar contagios y llevaron a que otros actores del mercado, como Bancolombia y Bolsa y Renta, llegaran al rescate de activos clave para mantener la estabilidad del sistema; abrieron una ventanilla de liquidez para darle calma a las demás competidoras y dieron un parte de tranquilidad a los más de 12.000 clientes que sumaba la firma comisionista.

Y aunque a partir de ese momento se ha generado toda una novela, con inversionistas estafados, una textilera en el limbo, señales de lavado de activos, triangulaciones, millonarias pérdidas y miles de afectados, lo cierto es que lo que sucedió con Interbolsa debe convertirse en una enseñanza, tanto para clientes, como para operadores y reguladores, de lo que no debe pasar en el mercado de valores colombiano, si queremos que siga creciendo a buen paso, tal y como lo ha venido haciendo.

Las cosas cambiaron, sí. Las comisionistas respaldadas por grandes grupos financieros y bancarios han tomado la delantera en el mercado en cuanto a activos administrados y utilidades, mientras que las más pequeñas se han percatado de que necesitan alianzas si quieren mantenerse vigentes en la pelea. Por su parte, los inversionistas han sido más cautelosos a la hora de buscar rentabilidades para sus recursos y saben que no pueden confiar ciegamente en los negocios que se ofrecen, sino que deben investigar sobre todo lo que se promete. Del lado de las autoridades, se anunció una reforma al mercado de valores, que se realizaría antes del primer trimestre de este año, y que buscaría una mayor regulación a productos y herramientas específicos, pero hasta son pocos los pasos que se han dado en el asunto.

Recuperar la confianza de los inversionistas debe ser una prioridad para todos en el sistema financiero, y no podemos dejar que, solamente porque con el tiempo se han ido recuperando los niveles de negociaciones en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), dejemos pasar esta oportunidad para crear unas bases fuertes de lo que debe ser un mercado de valores sólido y maduro, para que cada vez sean más los extranjeros que ven en Colombia el lugar ideal para invertir.